XLVI

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Muchas cosas pasaban por mi mente aquellos días.

La primera era tirarle con lo primero que entallase a Pedri.

Desde que había llegado al 3º mes de embarazo estaba de lo más insoportable.

O eso o yo estaba más agresiva de lo normal, cosa que también era probable.

Aunque claro, eso solo había sido el principio, porque ahora, al estar a punto de caramelo estaba todavía peor.

– Jade, deja que yo me levante a por el mando.– dijo Pedri estirándose para coger el mando.

– Cariño, por milésima vez, estoy embarazada, no paralítica.

– Me da igual.– dijo mirándome.– Ya sabes lo que te dijo la doctora. Ahora mismo los movimientos bruscos son peligrosos.

– Dijo después de echar varios polvos durante estos meses.– dije mirándole.

– No es lo mismo, no ha habido movimientos bruscos.

Me eché a reír.

Habíamos estado bastante activos en ese aspecto últimamente.

Creo que también era porque yo estaba con las hormonas revolucionadas.

Y bueno, él tenía poco aguante, la verdad.

Los chicos se dejaban ver por aquí bastante seguido y la verdad que lo agradecía, porque se ponían a hacer el gamba y me entretenían la tarde.

Cuando Pedri no estaba en casa siempre venía alguno de los que estuviera lesionado o Fer.

Menudo dilema habíamos tenido para elegirle el nombre al niño.

Sí, niño. Otro chico en la familia González.

Recuerdo que se habían reunido todos en mi casa y empezaron a dar ideas de nombres.

– ¿Valentin?– dijo Ansu.

– ¿Tú quieres que le peguen en el cole o qué?– soltó Balde mirando a este último.

– ¿Por qué no probáis con uno en inglés?

– Quiero saber decir bien el nombre de mi hijo, pero gracias, Eric.– dijo Pedri.

Yo los miraba con una mano en la cabeza y una sonrisa.

– ¿Alejandro?

– Muy típico.– comentó Fer.

– ¿Lucas?– soltó Ferrán.

Pedri y yo nos miramos a la vez.

– No quiero llamar a mi hijo por el nombre de su ex.– dijo Pedri.

– ¿Pablo?– dijo Eric.

– Ni de coña, solo hay un Pablo en este grupo.– dijo Gavi.

– Que sean dos.– dijo Pablo Torre levantando la mano.

– ¿Nicholas?– dijo Fer.

– Muy pijo.– soltó Ansu.

Cerré los ojos mientras escuchaba todo tipo de nombres.

– ¿Jaime?

Entonces se me encendió una lamparita en la cabeza y sonreí.

– Ese me gusta.

– ¿Veis? Siempre tengo buenas ideas.– dijo Balde.

– No me gusta.– dijo Ansu.

– No tiene que gustarte a ti Ansu, sus padres son ellos.

𝐌𝐎𝐓𝐇 𝐓𝐎 𝐀 𝐅𝐋𝐀𝐌𝐄 +18 | PedriDonde viven las historias. Descúbrelo ahora