XLV

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La boda acabó bien y bueno, mejor acabó la Luna de Miel.

Siendo sincera, creo que estrenamos todas las camas de todos los hoteles en los que estuvimos.

Cosa que tampoco me importó mucho.

Aunque por desgracia tocaba volver a la realidad.

Pedri tenía partidos y yo habíamos empezado a trabajar como asesora del club.

Sí, increíble pero cierto.

Aquel día Pedri se fue al entrenamiento dejándome sola en la cocina preparándome el desayuno.

El timbre sonó y fui a abrir.

Lucas estaba del otro lado.

Tragué saliva y lo miré fijamente.

– ¿Puedo hablar contigo?– preguntó mirándome.

– Me temo que no. A Pedri no le va a gustar que estés aquí.

– Lo sé, solo será un momento, te lo juro.

Cogí aire y me apoyé en la pared para que empezase a hablar.

– Lo siento, Jade. Sé que lo que te hice durante nuestros últimos años de relación estuvo fatal. Acabé acudiendo a un psicólogo y la verdad es que me ha ayudado bastante.

– Falta te hacía.

– Sé que no vas a perdonarme, y lo entiendo, pero quiero que sepas que si necesitas algo voy a estar aquí.

Asentí aunque no pensaba contar con él para nada.

Además no estaba de humor, mi periodo tendría que haber bajado hace varios días y no lo había hecho.

Lucas me miraba fijamente.

– Espero que puedas perdonarme.

– Lucas, será mejor que te vayas.

No iba a perdonarle solo porque viniera aquí a decirme cuatro tonterías.

Me había hecho daño durante el tiempo que habíamos estado juntos y no iba a olvidarlo en nada.

Cuando se fue sentí como se me revolvía el estómago y fui corriendo hasta el baño para acabar vomitando.

Llamé a Sira para que me hiciera compañía hasta que Pedri volviese del entrenamiento.

– Mira lo que he traído.– dijo agitando una bolsa.

La cogí y la abrí para después dirigir mi mirada a ella.

– ¿En serio?

– Y tan en serio, venga, ve al baño.

Había estado hablando con Sira por teléfono antes de que viniera y por lo que se ve, había pasado por una farmacia para comprar un test de embarazo.

Nos fuimos al baño y después de acabar de orinar y hacerme el test, nos sentamos en el suelo del baño.

– ¿Cuanto hace que no...?– preguntó Sira mirándome.

– Pues no sé, hace bastante, volvimos de la Luna de Miel y y sabes que hemos estado ocupados por aquí.

– ¿Te tomaste la pastilla del día después la última vez?

– No me acuerdo, Sira.

– ¿Has vuelto a hablar con tu madre?

– Sí, le escribí cuando volvimos a Barcelona, pero nada más. Lucas ha venido hace un rato.

– ¿Lucas?– preguntó mirándome.

– Sí, Lucas.– dije soltando un suspiro.

– ¿Para qué ha venido?

𝐌𝐎𝐓𝐇 𝐓𝐎 𝐀 𝐅𝐋𝐀𝐌𝐄 +18 | PedriDonde viven las historias. Descúbrelo ahora