No se puede huir de los problemas y eso lo tenía yo muy claro.
Había estado en el entrenamiento de Pedri y después habíamos ido a comer para acabar en el cine y luego en el coche echando un rapidín.
Cuando aparcamos en el garaje de casa de los chicos era tarde y la luz de la cocina estaba encendida.
Pedri y yo entramos riéndonos en voz baja por si Fer se había quedado dormido viendo una serie o algo.
Aunque cuando vi quien estaba en el salón me quedé petrificada.
– Pedri, Jade.– dijo Fer mirándonos a ambos.
Mi madre nos miraba a ambos y yo aparté la mirada de ella.
No quería verle. Y ahora estaba en casa de mi chico y de su hermano.
Ni de coña iba a permitirlo.
Me acerqué echa una furia y la agarré del brazo.
– Fuera.
– Jade.– soltó Fer.
– Fer, no te metas.– dijo Pedri viniendo hacia nosotros y poniéndole una mano a su hermano en el hombro.– Será mejor que nos vayamos a jugar a la Play.
Fer y Pedri subieron las escaleras y yo volví a tirar de su brazo.
– Te quiero fuera de esta casa.– dije mirándola.
– Jade, no puedes echarme así como así, soy tu madre.
– Puedo echarte porque no es tu casa y porque no vas a entrar en las vidas de ninguno de ellos jamás.
– Jade, no te conviene amenazarme.
– ¿Perdona? Puedo amenazarte si me viene en gana, que yo sepa, dejaste de ser un apoyo en mi vida hace meses.
– ¿Dejar de ser un apoyo? Te dije lo que era mejor para ti.
– ¿Lo mejor para mí?– solté alterada.– ¿Lo mejor para mí es decirme que siguiera en una relación en la que me ponían los cuernos día sí y día también, me pegaban y en la que me tiraron por las escaleras cuando quise dejarle?
Parece que escuchar todo aquello le sorprendió. Estaba claro que no tenía ni idea de nada de esto porque Lucas quería quedar como el bueno sin contar nada.
– Hija...
– No. No necesito tu compasión.
– ¿Estás saliendo con ese chico?
– Sí.
– Es famoso Jade.
– Lo sé, pero aún así siempre saca tiempo para estar conmigo y apoyarme, lo hace mejor que lo ha hecho Lucas en todos estos años y mejor que tú en años.
– Jade, las relaciones con gente famosa acaban mal.
– Acaban mal porque no se comunican y no confían el uno en el otro. Pedri me cuida y yo intento hacerlo con la misma intensidad que él.
– Solo buscas su dinero ¿no?
– Mamá, tú alucinas. No necesito su puto dinero, porque me estoy pagando la Universidad y además también estoy pagando esta casa gracias a las becas de los años anteriores, por lo que esta casa también es mía, así que ya estás tardando en salir por esa puerta para no volver.
– Jade, no tienes ni idea del amor. Va a usarte todo el tiempo que pueda y después va a dejarte tirada.
– Que tu relación con mi padre fuera pésima no quiere decir que las mías vayan a ser iguales.
Terminé de decir aquello último y entonces su mano aterrizó en mi mejilla, haciéndome girar la cara.
Sentí que una mano se apoyaba en mi hombro y me ponía detrás suya.
– Voy a hacer como si no hubiera visto eso.– soltó Pedri.– Lárguese de mi casa.
– Vaya, el chico del fútbol, ¿vas a durar mucho? Lo digo para ver si mi hija va a estar aquí mucho tiempo.
– Lárguese, no se lo repito otra vez.
Mi madre miraba a Pedri, pero este estaba demasiado tranquilo, y el tono de voz era duro.
Sinceramente, ese Pedri era el que más miedo me daba.Porque nunca sabías por donde iba a salirte.
– ¿Te has tirado a mi hija?
– Sí, es más, dentro de 2 minutos hace 2 horas desde que lo hemos hecho en mi coche.
Abrí los ojos como platos al escuchar a Pedri soltar aquello como si nada.
Mi madre se quedó de piedra también.
– Ahora lárguese, tiene cinco segundos antes de que llame a la policía.– continuó Pedri.
– No te atreverás.– escupió mi madre.
– Acaba de soltarle un bofetón a su hija, le aseguro que estoy deseando hacerlo.
Mi madre nos mira a ambos con cara de asco y entonces vuelve a fijar su mirara en mí.
– Mira en lo que te has convertido, en una mujer dependiente de un hombre, Jade. Vergüenza debería darte.
– Cinco.– empezó Pedri.
– Jade, aún puedes arreglar lo que has hecho, puede que Lucas quiera volver contigo.
– Cuatro.
– No pienso volver con ese en la vida.
– Jade.
– Tres.– soltó Pedri mirándola apretando los puños.
Yo le acaricié la espalda disimuladamente para que se relajase.
Mi madre nos miró y entonces abrió la puerta para darme una última mirada.
– Espero que no te arrepientas ni vuelvas llorando a buscarme.
– Para mí ya no existes, madre.– espeté mirándola a los ojos una última vez.
Después cruzó el umbral de la puerta y cerró de un portazo.
Solté todo el aire que estaba reteniendo sin quererlo y entonces Pedri se giró para abrazarme.
– Lo siento, cariño.
– No te preocupes Pepi, era obvio que volvería.
– Lo digo porque debería haberme quedado para evitar que te pegara.
– No es el primer bofetón que recibo.– sonreí triste.
Él me miró preocupado y entonces acarició mi cara con mimo y cariño.
Ese que tanto me había faltado todos estos años.
Él me coge en brazos y me lleva a la cocina para ponerme hielo en la mejilla.
Yo me río pero le dejo hacer.
– Cariño, no va a servir de nada, además dudo que sea algo más que lo que tengo ahora.
– Por si acaso.
Le sonrío y cierro los ojos sintiendo sus labios sobre mis párpados cerrados.
Los abro justo cuando Fer entra en la cocina, se acerca a mí asustado y me agarra una mano.
– Lo siento mucho Jade, no debí dejarla entrar, pero como me dijo que era tu madre y que venía a darte una sorpresa pues pensé que venía de buenas.
– No te preocupes Fer, has hecho bien.
Él mira a Pedri, que me da la razón asintiendo y entonces ambos sonríen, contagiándome la sonrisa.
No necesitaba a nadie más teniéndoles a ellos.
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La mamá me cae mal.
Os dejo el cap ahora poorque voy al cine a ver la décima película de Fast and Furious 🥹
Os veo mañanaaa 🫶🏻
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𝐌𝐎𝐓𝐇 𝐓𝐎 𝐀 𝐅𝐋𝐀𝐌𝐄 +18 | Pedri
Teen FictionCuando Jade vuela con Lucas, su maravilloso y perfecto novio a Canarias de vacaciones, era para solucionar algunas de las lagunas que tenían como pareja. Lo que ella no sabía es que iba a cruzarse con alguien que que le iba a hacer cuestionarse si...