Me miraba las manos nerviosa.
Acababa de llegar a casa de Lucas.
Este abrió la puerta y me miró para después sonreírme.
– Hombre, mi chica.– me dio un beso que me dejó trastocada.
Sabía a alcohol y María.
"Esto iba a salir mal"
Me dejó pasar y entré.
Cuando entré me encontré a su grupo de amigos sentados en un sofá negro, con la música a tope y botellas de alcohol desparramadas por el suelo. Por no olvidar el olor a María y la droga que había esparcida por la mesa.
Me quedé impresionada.
Siendo sincera, pensaba que conocía a Lucas, que era un chico ejemplar, que siempre era amable con todos, que le adoraba todo el mundo y que estaba centrado.
Pero por lo que se ve, no le conocía. O nunca había llegado a conocerle en absoluto.
Sentí unas manos en mis hombros y después tiraron de mí para hacerme sentar en el sofá.
Me encontré con Lucas mirándome y dándome una sonrisa que lejos de tranquilizarme, me daba mala espina.
Sus amigos estaban a su bola, pasaban de nosotros como si no existiésemos.
Y en ese momento sentí mucha pena.
Porque ninguno de ellos había estado por voluntad o por amistad, sino por conveniencia y dinero.
Siempre que tenía problemas acudía a mí.Y ahora iba a quedarse solo.
Carraspée un poco para llamar su atención, consiguiendo que me mirara.
– ¿Podemos hablar? ?A solas?
– Claro.– dijo levantándose.
Sus "amigos" empezaron a mirarnos y a hacer gestos obscenos de los cuales pasé totalmente.
Entramos en su habitación y cerró la puerta detrás de mí para pegarme contra ella y besarme.
Yo me quedé inmóvil, pensando en que hacer.
Sus besos empezaron a bajar por mi cuello y entonces esos besos que tanto me estaban incomodando cambiaron a otros que hacía unas horas estaban haciendo lo mismo, solo que esos sí me gustaban.
Por un momento mi conciencia iba a traicionarme. Hasta que volvió a hablar sacándome de la realidad.
– Desnúdate.
Lo miré frunciendo el ceño.
– ¿Perdona?
– Que te desnudes, Jade.
– No pienso desnudarme Lucas, nadie, ni mucho menos tú, va a darme órdenes.
Lo vi mirarme fijamente y se acercó a mí.
– Joder Jade, desde que no follamos estás insoportable.
Y entonces mi mano fue más rápida que mis pensamientos aterrizando en su mejilla con fuerza, lo que le hizo girar la cara.
– Eres un gilipollas
– Y tú una zorra.
No vi venir lo siguiente, porque me cogió en brazos y me tiró en su cama y empezó a desabrochar mi pantalón mientras yo en un intento pataleaba para huir.
Se descuidó un segundo y le pegué una patada en la entrepierna, haciendo que se encogiera del dolor.
Me levanté corriendo y agarré una bola de cristal que tenía de decoración.
ESTÁS LEYENDO
𝐌𝐎𝐓𝐇 𝐓𝐎 𝐀 𝐅𝐋𝐀𝐌𝐄 +18 | Pedri
Novela JuvenilCuando Jade vuela con Lucas, su maravilloso y perfecto novio a Canarias de vacaciones, era para solucionar algunas de las lagunas que tenían como pareja. Lo que ella no sabía es que iba a cruzarse con alguien que que le iba a hacer cuestionarse si...