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Era mi momento de jugar.

Bajé mi mano por su cadera y la subí para apoyarla en su pecho.

Él me miraba a través de sus ojos marrones.

– Siento mucho no recordar ese triste polvo que echamos Pablo. De verdad. Pero es que las cosas sin importancia se olvidan cuando estás borracho.

– ¿Sin importancia? Eso es porque no te escuchabas gemir mi nombre. Porque yo sí me sigo acordando.

Lo miré fijamente.

– Recuerdo que me pedías más, que te abriste de piernas para que siguiera dándote.– se acercó a mí.– Lo recuerdo todo y estoy volviéndome loco por repetirlo.

Tragué saliva y entonces intenté seguir con mi papel.

– Una lástima no recordarlo, habría vomitado más fácilmente a la mañana siguiente.

– Eres una-

No me dijo nada más y sonreí.

Lo empujé para que se apartase y abrí la puerta y salir de allí.

Bajé para ver a Sira mirándome.

Le hice el gesto de 1-0 y ella sonrió mirándome.

Me acerqué a ella y entonces vi a Gavi bajar después.

Se sentó con los chicos y Sira y yo estuvimos hablando de unos vestidos.

– Yo te lo compro.– dijo Ferrán mientras jugaba.

– Gracias guapo.– contestó Sira riendo.

Yo me reí.

Narra Gavi

¿Vestidos?

Que le den a los vestidos.

Estaba cabreado.

¿Iba a venir la pija esta a decir que nuestro polvo había sido mediocre?

Una mierda.

La miré y la vi enseñarle su móvil a Sira.

Sira abrió la boca y Maddie le hizo un gesto de que era secreto.

Me metí en su Instagram y vi sus fotos.

Había una en bikini.

Era obvio el por qué había sido modelo.

Tenía un cuerpo de escándalo.

Y yo era testigo de ello.

Aún recordaba la suavidad de sus piernas y su espalda.

Si no paraba de pensarlo iba a ponerme duro allí mismo.

Y estaba enfadado.

Volví a mirar la foto.

Su cara era una maravilla.

Sin duda esta mujer era una aventura.

Y yo estaba deseando vivirla de nuevo.

Sentí que alguien se levantaba del sofá.

Era ella.

Llevaba unos pantalones cortos.

La vi llegar hasta los chicos y se sentó en las piernas de Eric.

Ni de coña.

Me levanté y me acerqué a ellos.

– Levántate.– dije mirándola.

– ¿Por qué?– dijo mirándome.

– Porque quiero sentarme.

– Hay más sitios.– dijo y después se echó hacia atrás para apoyarse en su pecho.

𝐁𝐀𝐁𝐘 𝐁𝐎𝐘 +18 | Pablo GaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora