XXXIII

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Tercer partido. Contra Japón.

Habíamos estado viendo partidos de las demás selecciones y sinceramente Japón me daba miedo.

Confiaba en los chicos siempre, pero no en ellos.

Sira y yo llegamos al estadio y fuimos hasta las gradas.

Me senté y entonces alguien me tocó el hombro.

Me giré encontrándome con Aurora.

Sonreí y me levanté para abrazarla.

– ¿Qué tal? ¿Bien?– pregunté mirándola.

– Genial, ¿y tú?

– Guay, un poco nerviosa.

– Es normal, tienen mucha presión.

Asentí.

Ya había pillado a Gavi en un par de ocasiones mirando las críticas que les hacían en Twitter.

No podía permitir que viera aquello. Y mucho peor, que se creyera la opinión de gente que seguramente debía estar posteando aquello desde el sofá de su casa, así que le escondí el móvil unos días.

– ¿Qué tal con mi hermano? ¿Da mucha guerra?

Reí y negué con la cabeza.

– Lo sabía.

La miré.

– Sabía que ibas a ser la indicada en cuanto entraste por la puerta de mi casa.

– En aquel momento nos odiábamos Aurora.

– Da igual, eso era la llama que os mantenía pendiente el uno del otro.

Sonreí suavemente.

Entonces tocaron el brazo de Aurora y esta se giro.

Y después Aurora me miró sonriendo.

– Maddie, ellos son mis padres.

¿Qué? Oh no...

Se apartó y entonces les vi.

Gavi era clavadito a su padre, y Aurora a su madre, estaba claro.

Ambos me miraron.

– Mamá, papá, os presento a Maddie, la novia de Gavi.

Su madre me miró fijamente y se acercó para darme un abrazo.

– Encantada, soy Aurora.– dijo mirándome.

Sonreí.

– Encantada.

– Él es mi marido, Pablo.

Asentí y Pablo se acercó a darme dos besos.

Empezaron a hacerme preguntas y Aurora les pidió un poco de calma.

Yo me reí.

Gavi era igual a sus padres. Curioso y adorable como su madre y reservado y cariñoso como su padre.

Escuché una voz y vi a Gavi venir hasta donde estábamos.

Se saltó la valla y llegó hasta nosotros.

– Aurora, te mato, quería presentárselos yo.– soltó Gavi.

– Ups.– dijo su hermana sonriendo.

Sus padres le dieron un abrazo y le preguntaron cómo estaba.

Después empezaron a llamarle desde el campo, a lo que se despidió de sus padres y luego se acercó a mí y me dio un beso rápido mientras me daba un apretón en el culo, que hizo que me pusiera roja y lo mirara yéndose con los ojos abiertos.

𝐁𝐀𝐁𝐘 𝐁𝐎𝐘 +18 | Pablo GaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora