XLVII

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⚠️ Contenido Explícito.

Abrí los ojos aquella mañana y la verdad es que estaba bastante cansada.

Eso de haber vuelto a las 6 de la mañana había sido mortal.

Me puse a ver TikTok mientras hacía tiempo para despertar al bebé.

Gavi se removía a mi lado.

Lo miré y se me escapó una sonrisa. Verle dormir era de lo más relajante que había.

Me puse de lado dándole la espalda y me puse a mirar ideas para decorar el piso.

Sentí una mano deslizarse hacia arriba por mis muslos.

Sonreí y giré un poco la cabeza a la misma vez que él se pegaba a mi cuerpo y me miraba.

– ¿Qué hora es?– preguntó con voz adormilada.

– Las 11, tienes que estar en la Rúa a las 7 de esta tarde, así que vuelve a dormirte y así descansas.

– No estoy cansado, ni tengo mucho sueño.

Sonreí y dejé el móvil en la mesilla.

– Tienes un cuerpo precioso.– dijo mientras pasaba su mano por debajo de mi camiseta y acariciaba mi espalda.

– Eso es mentira, ningún cuerpo es perfecto y hay cosas que no son preciosas.

– ¿El qué?

– Los pies

Le escuché reírse y se sentó en la cama.

Ya habíamos hablado sobre mi asco a los pies.

– Voy a enseñarte lo mucho que me gustan tus pies.

Lo miré sin entender nada.

Se fue hasta mis piernas y después agarró uno de mis pies mirándome.

En aquel momento empezó a darme besitos por el empeine hasta que subió por mis piernas.

Cerré los ojos y sus labios llegaron a mi muslo interno.

Entonces cuando apartó mi braga para besarme ahí abajo, gemí.

Sabía que no iba a parar ahora, así que le dejé hacer.

Sus manos se engancharon en mis muslos y su lengua se hundió en mi intimidad con ímpetu.

Apoyé mis manos en el colchón y entonces levantó la cabeza para mirarme con aquellos orbes oscuros.

– ¿Cuánto tiempo tengo?– preguntó con la voz ronca.

– Tienes una hora.– dije mirándole.

– Me sobran 20 minutos.– dijo sonriendo y entonces me quitó las bragas.

Después agarró mi cadera y me colocó en los pies de la cama y abrió mis piernas.

Le vi quitarse el pantalón de chándal y el bóxer y entonces se hundió en mí lentamente.

Entonces empezó a moverse y mi espectáculo comenzó.

Le veía desde abajo, su nuez subía y bajaba, sus brazos hacían fuerza para moverse y decidí mover la cadera para ayudarle.

Le escuché gemir y sentí que estaba en el cielo.

Sus manos bajaron a agarrar las mías y puso mis piernas en sus hombros.

Entonces no sé como, pero me agarró de los brazos y me levantó enganchándose mis piernas en los brazos y empezó a entrar y salir de mí con fuerza.

Yo gemía.

– Gavi...– gemí pidiendo un poco de tranquilidad.

Él me miró a los ojos y ya entendió lo que quería decirle, así que volvió a dejarme en la cama, me giró poniéndome a cuatro y volvió a hundirse en mí.

Agarró mi pelo y lo enrolló en una de sus manos mientras movía la cadera de tal manera que me estaba volviendo loca.

Sabía que a ese ritmo tan lento no iba a durar mucho, por eso lo hacía.

Era un capullo.

Agarró mi culo con las manos y lo amasó para después azotarlo al mismo tiempo que se movía.

Puse la cara en el colchón para poder gemir agusto.

Después sus manos avanzaron hasta meterse por dentro de mi camiseta y apretó mis tetas.

Solté un gemido y me mordí el labio.

– Vamos rubia, dámelo todo.

No podía escucharle hablar cuando estábamos follando.

– ¿Necesitas más ayuda?– preguntó vacilón mientras llevaba su mano a mi clítoris.

Abrí la boca soltando un gemido y entonces exploté sintiendo que él también llegaba.

Cerré los ojos mientras le sentía salir de dentro de mí y acarició mi espalda.

Sonreí tumbándome en la cama.

– ¿Ves? Me ha sobrado tiempo.– dijo burlándose.

– Debería tenerte en abstinencia un tiempo por ser un chulo.– dije girándome para mirarle.

– Sería castigarte a ti misma también cariño.– dijo acercándose y besando mis labios.

Le saqué el dedo del medio y le escuché reírse sobre mis labios.

Después se apartó y me dio un apretón en el muslo.

Sonreí y entonces se levantó para ir hasta el armario.

Se metió en la ducha y salió vestido con una de las camisetas de ayer y un pantalón beige.

– ¿Vas a ir?– preguntó mirándome.

– Puede.– dije sonriendo.

– Pues quédate con mi móvil, por no llevarlo en los bolsillos y que se me caiga.

– Vale, te veo luego.

Me dio el móvil y después se acercó a darme un beso que me dejó sin aire.

Le vi irse sonriendo.

Al rato, Sira estaba en mi casa esperando a que terminara de prepararme.

Salimos de casa y fuimos andando porque las calles estaban llenas de gente con camisetas del equipo yendo de un lado a otro.

Vimos los autobuses y entonces nos metimos entre la muchedumbre para seguirlos.

Entonces empecé a mover la mano para llamar su atención.

Ansu me vio y entonces llamó a Gavi, quien se giró y al verme me saludó sonriendo.

La gente me miraba y me reconocieron enseguida.

Así que Sira me metió prisa.

Vi a Gavi hablar con Xavi y después nos miró a ambas para que subiéramos con ellos.

Ambas negábamos.

Pero Xavi nos dijo que subiéramos y al final el bus paró para que pudiéramos subir.

Cuando llegamos a la parte de arriba, saludé al míster y después Gavi firmó una camiseta tirándola hacia abajo y llegó hasta mí para levantarme y darme un beso, lo que hizo gritar a todo el mundo.

Reí escondiendo la cara en el cuello de Gavi, que se echó a reír mientras me acariciaba la espalda.

Después llegó Pedri con una lata de Coca-Cola, la agarré sonriendo y le di las gracias.

Después Gavi me bajó y nos pusimos a saltar mientras cantábamos las canciones que iban sonando en el otro autobús.

Sabía que la fiesta acababa de empezar.

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Gavi es un chulo, pero me gustan de esos 😮‍💨

Vaya dos se han juntado

𝐁𝐀𝐁𝐘 𝐁𝐎𝐘 +18 | Pablo GaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora