XIV

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⚠️ Contenido Explícito

Lo miré fijamente y me apoyé en la columna mientras negaba.

– Maddie, desnúdate para que puedas ponerte el pijama.

Volví a negar y se acercó quedándose a centímetros de mí.

– Desnúdate, Maddie.

– Desnúdame tú, Pablo.

Soltó un suspiro y entonces me separó un segundo de la pared para agarrar la cremallera y bajarla en un acto rápido. Después bajó el vestido dejándolo caer al suelo.

Levanté uno de mis pies, le di una patada al vestido y después lo miré.

Le vi cruzarse de brazos y yo lo miré sonriendo.

– No puedo agacharme a quitarme los tacones.

Se agachó y agarró uno de mis pies para desabrocharlos y me besó el tobillo.

Miré hacia abajo y le vi subir los besos por mi espinilla hasta llegar a la rodilla.

– ¿Qué haces?– pregunté.

– Admirar a una diosa

Sonreí y siguió su recorrido hasta mis muslos.

Separé las piernas y me miró sonriendo para besar el interior de mis muslos.

Yo llevé mis manos a su pelo y tiré cuando le sentí besar mi intimidad aún tapada por las bragas.

Apoyé la cabeza de nuevo en la pared cuando apartó la tela de mis braguitas para hundir su lengua.

Yo gemí entrecortadamente y mordí mi labio.

Él me separó de la pared y agarró mi culo mientras usaba su boca.

Yo gemí y tiré de su pelo mientras movía las caderas para darme más placer.

Supo mis intenciones porque me agarró del culo levantándome y entonces me llevó hasta la mesa, sentándome encima de esta para después besarme con rabia.

Yo tiré de la parte de detrás de su pelo y bajé las manos por su nuca.

Se apartó de mi boca y me miró.

– Voy a ir al infierno por esto.

– Yo también.– confesé.

Me agarró de la cadera y en un movimiento rápido me dejó apoyada contra la mesa, pegando mi pecho a esta y con el culo en pompa.

Me azotó y yo estiré los brazos encima de la mesa.

Otro azote. Un gemido mío.

Azote. Gemido.

Entonces sentí que mordía una de mis nalgas y solté un chillido ahogado.

Yo me agaché cuando me soltó para introducir su miembro en mi boca y moví la cabeza de arriba a abajo haciéndolo gruñir.

Me levantó y entonces me tumbó encima de la mesa.

Se posicionó delante de mí. Yo miré el techo y entonces me senté mirándole.

– Quiero verte.– contesté

Soltó un gruñido y se echó el pelo revuelto hacia atrás.

– No tengo preservativos.

– Tomo la píldora

– Joder, podrías haberlo dicho antes.– soltó.

– No podía, tenía la boca ocupada.– contraataqué.

𝐁𝐀𝐁𝐘 𝐁𝐎𝐘 +18 | Pablo GaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora