XV

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Me desperté agobiada porque no podía moverme.
Aunque estaba claro el por qué.

Gavi estaba acurrucado sobre mi espalda y sentía el aire que soltaba por su boca.

Me removí un poco intentando que se moviese sin necesidad de despertarle, pero era prácticamente imposible.

Así que con mucha pena tuve que despertarle.

– Pablo

No se escuchó nada por su parte.

– Pablo...

Siguió sin dar señales de vida y tuve que recurrir al plan B.

Cogí aire y entonces chillé.

– ¡PABLO!

Se asustó y entonces se apartó de encima de mí al mismo tiempo que yo me giraba para ponerme boca arriba.

– Joder Maddie, que susto.– soltó con la voz ronca.

Me senté encima de su cama tapándome con las sábanas y lo miré fijamente.

– Lo siento, es que me estaba agobiando y necesitaba moverme.

De pronto saltaron todas las alarmas de mi cabeza.

– Joder.– dije levantándome.

Gavi me miró de arriba a abajo frunciendo el ceño.

– Estoy con el período Gavi... y anoche tú me...

Gavi me miró fijamente y entonces se sentó en la cama, mirándome.

– De hecho, no recuerdo ver sangre.

Lo miré como si le hubieran salido 3 cabezas.

Era imposible.

Aparté las sábanas y las miré viendo que no había ni rastro de sangre.

Entonces recordé que a veces solía cortárseme un día o dos y luego volvía, así que me relajé y me senté en la cama.

– Ven anda.– soltó levantando uno de sus brazos.

Agarré su brazo y entonces me acurrucó contra él mientras me acariciaba la espalda.

Yo apoyé la cabeza en su pecho y cerré los ojos.

– ¿Has dormido bien?

Yo asentí y entonces levanté la cabeza para mirarle.

– No debiste venir a buscarme a la discoteca.

– Sí. Sí debía, porque el solo ver como esos babosos te comían con la mirada me puso de mala hostia.– dijo mirándome.

– Pero eso es asunto mío Pablo.

– Me da igual Maddie.

Iba a rebatirle pero entonces me besó.

Se puso encima de mí mientras seguíamos besándonos.

– Ven a verme.– soltó.

– ¿Verte dónde?

– Al partido de esta tarde, ven a verme a mí, con mi camiseta.– soltó entre jadeos.

Lo miré y asentí inconscientemente.

Sira iba a pasar a por mí a casa de Pablo y me traería ropa limpia.

Mientras él se bebía un batido de proteínas yo me duché y después bajé con uno de sus chándal.

– Te quedan mejor que a mí.– dijo mirándome sonriendo.

Le sonreí y levanté su camiseta del equipo mientras salía por la puerta.

𝐁𝐀𝐁𝐘 𝐁𝐎𝐘 +18 | Pablo GaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora