Había partido aquel día.
Sira había hecho un buen trabajo convenciéndome, así que me puse un pantalón vaquero y un top negro.
No iba a ponerme su camiseta. No aún.
Cuando llegamos al estadio, tan petado como siempre empecé a ver los flashes de las cámaras enfocándonos.
Sira no se paraba nunca a hablar.
Y yo tampoco solía hacerlo.
Hasta ese día.
– ¿Es verdad que fuiste de cazafortunas con Pablo Gavi?
Me paré en seco y sentí la mano de Sira tirar de mí para ignorar aquello.
Pero ya era tarde.
Me acerqué al micrófono y mostré una de mis mejores sonrisas.
– Buenas noches, para vuestro regocijo. No. No he tenido nunca la necesidad de ser novia de alguien para tener su dinero, es más, mis padres siempre han estado bien económicamente hablando, por no hablar de mi trabajo como modelo. Todos mis caprichos han sido pagados y costeados por mí. Gavi y yo hemos tenido una relación basada en el amor y el cariño. Gracias y que les vaya bien.
Sira me miró desde la puerta que daba al interior del estadio y entré seguida de ella.
– Has estado genial.– dijo mirándome con una sonrisa.
Sonreí y cuando llegamos a las gradas me senté al lado de Fer.
Me hacia gracia lo mucho que se parecían Pedri y su hermano.
Sira saludó a los chicos y después se sentó a mi lado para susurrarme en el oído.
– Tengo un problema, Maddie.
– ¿Qué pasa?– pregunté mirándola.
– Tengo un retraso.
– Ah ya, pero yo ya sabía que eras tonta desde que te conocí.
Ella me pegó en el brazo, lo que me hizo soltar un quejido.
– Hablo en serio, no me baja.
La miré seria y entonces comprendí a lo que se refería antes.
– ¿Has comprado los test?– pregunté mirándola.
Negó y me miró con ojos de cachorrillo.
– Ah no no no, no pienso hacerlo.
– Venga Maddie, ¿qué te cuesta? Es que si Ferrán ve que me he gastado tanto dinero en una farmacia va a sospechar.
Solté un suspiro y acepté a regañadientes.
Los chicos volvieron a saltar al campo y entonces el partido empezó.
El equipo rival estaba dándolo todo y estaban poniéndolo difícil.
Pero nuestros chicos consiguieron marcar y llevarse la victoria.
A la salida vi a Sira llegar hasta Ferrán y me guiñó el ojo.
Sonreí y después empecé a caminar.
Sentí a alguien seguirme.
– Te acompaño.
Miré a Gavi y asentí.
Caminamos hasta que paré en una farmacia que por suerte seguía abierta.
Gavi entró conmigo y fui hasta el pasillo 6.
Cuando llegué busqué con la mirada.
Entonces cogí los test y Gavi me miró fijamente.
– ¿Qué coño?
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𝐁𝐀𝐁𝐘 𝐁𝐎𝐘 +18 | Pablo Gavi
Novela JuvenilMaddie lo tenía todo, dinero, amigas, novios... Estaba de visita por España para pasar un tiempo con una vieja amiga, la cual la llevaría con ella para pasar tiempo con sus amigos y también jugadores del equipo FC Barcelona. Por primera vez las cos...