XXXI

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Narra Gavi

Me desperté sintiendo unos besos por toda la cara.

Abrí un ojo y vi a Maddie sonriéndome y volvió a darme besos por toda la cara.

"¿Así quien no se despierta feliz?"

– Arriba guapo, tenéis entrenamiento y Pedri va a venir a tirarte con un balón a la cabeza.– dijo sonriendo.

– Hm...– murmuré adormilado y la atrapé entre mis brazos para tumbarla a mi lado.– Cinco minutitos más...

La escuché reírse y se giró para mirarme.

– Pablo, arriba.– dijo pegándome suave en la cara.

– ¿Pablo? ¿Quién es Pablo?– bromeé.

– Tete, en serio, arriba.– dijo Maddie moviéndome.

Reí y me senté en la cama.

– Me falta algo.– dije mirándola.

Ella me miró esperando a que terminara.

– El beso de buenos días.– añadí sonriendo.

La vi sonreír, se acercó a mí y me dio un beso.

– Buenos días, rubia.

– Buenos días guapo.– sonrió y peinó mi pelo.

Le di otro beso y me levanté para cambiarme.

Cuando salí del baño de lavarme los dientes, la cara y peinarme vi a Maddie estirando mi cama.

Ya había visto que odiaba el desorden.

– Me voy a dar una vuelta con Sira mientras vosotros entrenáis.

Asentí yendo hacia la puerta con ella a mi lado.

– ¿Me compras algo?– dije riendo.

– Claro, ¿qué quieres?

– Gominolas.

La vi reír y salió asintiendo.

– Vale, gominolas para el niño consentido.

Sonreí y salí cerrando la puerta detrás de mí.

Caminamos juntos por el pasillo y paramos delante de su habitación.

– Te veo luego.– dijo mientras abría y se giraba para besarme.– Te quiero.

Sentí mi pecho inflarse y le sonreí.

– Te quiero.– susurré mirándola.

Después entró en su habitación y bajé para encontrarme con los demás de la plantilla.

Narra Maddie

Sira estaba casi arreglada cuando entré.

– Buenos días.– dijo mirándome pícara.

Sonreí y negué con la cabeza para meterme en la ducha.

Cuando terminé, salí enrollada en una toalla y me sequé el pelo.

Sira vino hasta mí y se ofreció a peinarme, así que la dejé hacerlo.

– Mi rubia favorita.– dijo sonriendo.

Sonreí y la miré a través del espejo sonriendo.

Agradecí haber aceptado cuando me dijo de ir a Barcelona de visita, porque la echaba de menos en EEUU.

Sinceramente nadie me había entendido allí mejor que ella.
Sabía lo que pensaba y lo que me pasaba con echarme una simple mirada a los ojos.

La adoraba.

𝐁𝐀𝐁𝐘 𝐁𝐎𝐘 +18 | Pablo GaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora