XXII

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Volví a salir de aquel pasillo, estaba limpiándome los labios y los alrededores porque Gavi se había encargado de que todo el pintalabios se corriese.

Llegué hasta Sira y vi a Gavi en la mesa del reservado, relajado y como si nada hubiese pasado.

– Aquí estás, te estaba buscando.– dijo mi amiga.– Voy a irme al hotel con Ferrán, ¿te vienes?

Asentí frenética y la seguí fuera de aquel establecimiento.

Ferrán estaba apoyado en su coche y entonces vi a Pedri salir.

– ¿Te vas?– dije preguntándole.

– Sí. Me está doliendo la cabeza.– dijo riendo.

– Voy contigo.– dije soltándome de la mano de Sira y después la miré para susurrarle.– Ni se te ocurra follar en mi cama.

Ella soltó una risa y me despedí de ella para seguir a Pedri.

Nos montamos en el coche y cuando llegamos al hotel, lo miré.

– Vente conmigo anda.– soltó sonriendo.

Sonreí y lo seguí hasta su habitación.

Cuando entré lo tenían todo por ahí tirado, pero no me apetecía ponerme a hacer de madre, así que me tiré en una de las camas que había.

– ¿Quién duerme contigo?– pregunté mirándolo.

– Gavi.

Lo miré abriendo los ojos y suspiré.

– ¿Habéis hablado?– preguntó mientras se quitaba la camiseta.

– Si comernos la boca es hablar, sí, sino no.– dije mirando el techo.

Escuché la hebilla de su cinturón y supe que se estaba desnudando por lo que mantuve la mirada fija en el techo.

Estaba ensimismada mirando el techo cuando algo me tapó la vista.

Lo agarré y vi un chándal, así que sonreí y me levanté para ir al baño y cambiarme.

Me puse cómoda y después me lavé la cara quitándome el poco maquillaje que llevaba.

Salí y vi a Pedri tumbado en su cama, así que me tumbé a su lado y me puse a ver su Instagram.

Me hacía gracia ver todas las solicitudes que tenía y la de mensajes que no había leído de sus fans.

A veces se me olvidaba que eran gente reconocida.

Se me empezaron a cerrar los ojos y antes de que me diese cuenta, me quedé dormida.

Narra Gavi

Eran las 4 de la mañana y tenía ganas de llegar a mi habitación y dormirme.

Abrí la puerta con mi tarjeta magnética y entré.

Cerré detrás de mí y avancé por el minúsculo pasillo hasta que llegué a las dos camas que había.

Abrí los ojos como platos cuando me encontré a Pedri acurrucado a Maddie.

Tragué saliva viendo la sábana que les cubría e intenté pensar en que no estaban desnudos.

Me metí en el baño y me di una ducha con agua helada.

Salí poniéndome el bóxer y me acerqué hasta la cama en la que estaban.

Cogí la sábana y la levanté un poco temiendo ver que iba a encontrarme.

Suspiré de alivio cuando vi a Maddie con un chándal y a Pedri con un pantalón corto.

𝐁𝐀𝐁𝐘 𝐁𝐎𝐘 +18 | Pablo GaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora