Me desperté a la mañana siguiente y busqué con el brazo a mi chico.
Aunque no encontré nada.
Me senté encima de la cama y me me levanté para bajar a la cocina.
Me asomé y sonreí viendo a Gavi viendo un vídeo para hacer tortitas.
– Illo, ¿cómo vas a ponerle tanta azúcar?– dijo hablándole al del móvil.
Llegué a la isla de la cocina y me senté sonriendo.
Le vi darle la vuelta a la tortita y entonces la puso en un plato.
Empezó a hacer tortitas como si le fuera la vida en ello y cuando acabó, apagó el fuego y limpió todo lo que había ensuciado.
Después cogió sirope y les echó un poco por encima.
Cogió las fresas que había en la encimera y las puso en un bol, que dejó en una bandeja.
Después cogió algunas naranjas y las exprimió para echarlo en dos vasos.
Lo colocó todo en la bandeja y cuando se giró me miró.
– ¿Cuánto llevas ahí?– preguntó dejando la bandeja en la isla de la cocina.
– Un poco.– dije mirándole.
– Es que así no tiene gracia, vete a la cama y te lo llevo allí.
Me reí y subí a la habitación para sentarme en la cama.
A los cinco minutos Gavi subió con la bandeja y la dejó encima de la cama para sentarse a mi lado.
Lo miré sonriendo y me dio un beso.
Desayunamos y después me tumbé para reposar toda la comida.
– Voy a engordar como vuelvas a prepararme un desayuno así.– aseguré sonriendo.
– Yo te ayudo a quemarlo.– dijo guiñándome el ojo.
Sonreí levantando un poco la cabeza para mirarle.
Él me miró con una sonrisa pícara en la cara y le pellizqué el pezón.
Se apartó un poco sonriendo y después se tumbó a mi lado.
– Estoy de vacaciones... Soy todo tuyo preciosa.– dijo acariciando mis piernas.
– Entonces tienes que llevarme.
– ¿Llevarte? ¿A dónde?
– ¿En serio?– dijo mirando la puerta de la autoescuela.
– Y tan en serio, hoy tengo la oportunidad de meterme en un coche y aprender algo.
– Nena, yo puedo enseñarte.
– ¿Sí?– pregunté mirándole.
– Sí, mira, esto es el volante.– dijo señalando.– Pues si te sientas de espaldas a él y encima de mí, ya puedes aprender muchas cosas.
Me reí y le piqué la nariz para después bajar del coche.
Él me siguió un poco a regañadientes y entonces Rafael llegó hasta nosotros.
Entramos y después de coger unas llaves salimos y abrió un coche.
– Vale, súbete de piloto Maddie.
Me monté y Rafael ocupó el asiento de copiloto, obligando a mi novio a sentarse atrás poniendo mala cara.
Estaba celoso. Y me hacía mucha gracia verle así.
Tenía el labio fruncido y las cejas también. Parecía un niño pequeño.
– Vale, aprieta ese botón y el coche arrancará solo.– dijo Rafael.
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𝐁𝐀𝐁𝐘 𝐁𝐎𝐘 +18 | Pablo Gavi
Fiksi RemajaMaddie lo tenía todo, dinero, amigas, novios... Estaba de visita por España para pasar un tiempo con una vieja amiga, la cual la llevaría con ella para pasar tiempo con sus amigos y también jugadores del equipo FC Barcelona. Por primera vez las cos...