LVI

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Narra Gavi

– ¿Puedes ir más despacio?– pregunté viendo como casi se atraganta.

Maddie llevaba unos días que no paraba de comer. A todas horas.

Me había superado incluso.

– Maddie, lo digo en serio, las patatas no van a irse.

Me miró con la boca llena y soltó un suspiro.

– ¿Se puede saber qué te pasa?

La vi tragar y entonces me miró.

– No sé, estoy nerviosa.

– ¿Puede saberse por qué?

Negó rápidamente y se levantó para ir a su habitación.

La vi irse y me levanté para seguirla.

La vi meter la mano en el cajón de sus bragas y sacó un paquete de tabaco.

– ¡EH!– solté y la vi pegar un bote.

– Gavi, joder, me habías asustado.

Me acerqué a toda velocidad y le arrebaté el paquete de tabaco.

Me miró con mala cara.

– Ya sabes lo que hablamos sobre fumar.

– No es justo, son mis pulmones los que van a pudrirse, no los tuyos.– espetó siguiéndome por toda la casa.

– Ya. Pero es que el caso es que mi novia podría morirse antes, y no me hace especial ilusión.– dije bajando las escaleras.

La vi seguirme y fui hasta al jardín, quedándome al borde de la piscina.

– Pablo Martín Páez Gavira, como se te ocurra tirar mi paquete de ta-

Tiré el paquete abierto dentro de la piscina y lo mojé con el pie.

– ¡GAVI!

Llegó hasta mí y me miró haciendo pucheros.

– No pasa nada, ven, abrázame.– dije agarrándola del hombro para acercarla a mí.

Se apartó y me miró con mala cara.

– ¿Qué pasaría si yo reventara tu balón de fútbol favorito?

– Que me cabrearía.

– Pues es lo mismo.

– No es lo mismo ni de lejos, rubia. El tabaco es perjudicial para tus pulmones y el fútbol es un deporte, lo cual es bueno para nuestro bienestar.

Me miró entrecerrando los ojos y se metió dentro de casa.

Sonreí.

Odiaba darme la razón.

A orgullo y testaruda no le ganaba nadie.

Entré en la casa y la vi comiendo helado.

La miré.

– ¿Quieres que vayamos a pasear?

– No quiero salir a ningún sitio, y menos contigo.– espetó enfadada.

Solté una risita y me acerqué quitándole la cuchara y comiendo helado.

– ¿También vas a quitarme el jodido helado?

– Ve a cambiarte, vamos a pasear.– dije mirándola.

Ella negó con la cabeza.

– O lo haces tú solita, o te subo yo y te visto, tú sabrás.

𝐁𝐀𝐁𝐘 𝐁𝐎𝐘 +18 | Pablo GaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora