XXIII

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El próximo partido estaba a la vuelta de la esquina y yo había cogido la rutina de salir a correr por las mañanas.

Raro pero cierto.

Aquella mañana había decidido cambiar un poco de ruta y estuve corriendo alrededor de 1 hora, así que decidí darme la vuelta para volver.

Iba corriendo por el paseo marítimo hasta que me fijé en como las olas rompían contra la orilla, así que bajé las escaleras y quitándome las zapatillas paseé por la arena y me paré en la orilla

Me relajé sintiendo el agua mojar mis pies.

– Venir a ver el Mundial y acabar corriendo ¿eh?

Abrí los ojos encontrándome con un chico que no conocía.

Tenía el pelo castaño y rizado, los ojos verdes y una mandíbula marcada.

Sonreí y asentí.

– ¿Vienes con España verdad?

– Sí, ¿y tú?– dije mirándole.

– También.– dijo sonriendo.

Sonreí.

– Entonces vamos a llevarnos bien.

Al final acabamos un buen rato por la playa hablando de muchas cosas.

Después Fabio se ofreció a acompañarme hacia el hotel.

Cuando llegamos me miró fijamente.

– Me has caído genial Madison, espero verte por aquí muchas más veces.

Asentí sonriendo y después lo miré mientras empezaba a andar de vuelta.

– Espera.– dije bajando las escaleras.– Búscame en Instagram, al menos no dejaremos la conversación a la mitad.

Él sonrió y me pasó su móvil para que me buscase, después le di a "seguir" y se lo devolví sonriendo.

– Hasta luego, Madison.

– Hasta luego, Fabio.

Entré en el hotel dando saltitos como cuando tenía 15 años.

Fui a la terraza encontrándome a los chicos y me miraron todos a la vez.

– Maddie corriendo, grabad eso porque igual no pasa nunca más.– soltó Pacho riendo.

– Te equivocas, pienso ir todos los días.– dije convencida.

– Te veo animada ¿pasa algo?– dijo Sira llevándose un vaso con un líquido a los labios.

– Madre mía Sira.– dije sonriendo.– Código Verde.

Ella abrió los ojos y me miró sonriendo.

– ¿¡QUÉ ME CUENTAS!?– respondió ella.

– ¿Alguno está entendiendo algo?– preguntó Ansu a los demás.

Sira se acercó a mí y se puso a dar saltitos conmigo.

– Ven conmigo y mientras me ducho te cuento.– solté emocionada.

Ella asintió frenética y nos fuimos casi corriendo.

Salí de la ducha con un top color crema y una falda negra.

– Se llama Fabio y tiene 20 años, nació en España pero ha vivido en Italia durante 4 años de intercambio, estudia derecho y ha venido para ver a España.

– Eh... Es perfecto.– dijo mi amiga terminando de pintarse los labios.

– Y que lo digas.

Los chicos habían dicho de ir a cenar y pasear por la ciudad.

𝐁𝐀𝐁𝐘 𝐁𝐎𝐘 +18 | Pablo GaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora