XXIV

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Narra Gavi

Esto tenía que ser una puta broma.

Llevaba 3 putos días viéndole el careto al motorista ese.

Ni siquiera sabía que le había visto Maddie a aquel gilipollas de turno.

Encima con moto.

Maddie estaba tumbada en la hamaca y hablaba con Fabio, que estaba tumbado a su lado en la toalla.

Se había acoplado por la cara.

No le quería en nuestra piña.

Ni lo quería para ella.

– Para, me haces cosquillas.– soltó Maddie riendo intentando huir de Fabio.

– Rubia ven, ya paro.

¿Rubia? Es mi rubia motorista, sigue tu camino directito a la mierda.

Maddie se acercó y se puso encima suya de pie, lo agarró de los brazos y se puso a levantarlo.

Fabio se levantó riendo y la miró.

– ¿Qué pasa?

– Quiero ir al agua.

Fabio asintió y pasando su brazo por sus hombros, la siguió hasta la orilla.

Los miré fijamente mientras me llevaba un puñado de Doritos a la boca.

Vi a Fabio bajar la mano hasta su cintura y apreté los puños.

La cogió en brazos y se metió en el agua con ella.

Maddie salió riendo y con el pelo en la cara, se lanzó encima de él para intentar ahogarlo y él la agarró riendo.

– Gavi ¿me estás escuchando?

Miré a Ansu, que llevaba media hora hablándome de no sé qué del arroz con pollo de su madre.

– Tío, deja de mirarlo con asco, es un chaval de diez.

Lo fusilé con la mirada y después volví a centrar mis ojos en los dos.

Los vi jugando al vóley con dos chicas de la playa.

Maddie hizo un punto y él la cogió en brazos para después dar saltos celebrándolo.

– ¿No crees que la toquetea demasiado?

– Creo que están de rollete.– dijo Ansu haciendo que me diera algo.– El otro día les vi liándose en la puerta del hotel.

Abrí los ojos y lo miré.

– ¿Cómo?– respondí.

– Lo que oyes. Vaya intercambio de ADN

– Ansu, cállate.– dije mirando a los otros dos.

Maddie llevaba un bikini de color rosa palo y tenía el pelo rubio bastante largo.

Estaba preciosa.

Encima estaba cogiendo color y le favorecía muchísimo.

Ese tío no era para ella. Joder, además le sacaba dos años.

No pegaban ni con cola. Ni con ese, ni con el que se lió en la discoteca en la fiesta ni con su jodido ex.

Y yo como buen imbécil me prometí dejarla en paz.

Estaba dolido.

Dolido porque ella se había pirado durante 4 putos meses sin decírmelo para irse a ver a su ex y aquí estaba yo, que estaba comiéndomela con los ojos deseando pasar las manos por su espalda suave.

𝐁𝐀𝐁𝐘 𝐁𝐎𝐘 +18 | Pablo GaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora