Capítulo 30.

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Alessa Rodríguez.

Estábamos en la boda de los tíos de George, quienes decidieron renovar sus votos. La ceremonia estaba deslumbrante, con rosas rojas y blancas decorando el ambiente, y la novia estaba espectacular en su vestido.

La tía de George era una mujer muy bonita, delgada, con cabello negro y ojos azules.

- ¿Por qué tus tíos se están casando de nuevo?

- Cuando eran jóvenes, no tuvieron una ceremonia de boda adecuada, solo se casaron por el civil. Ahora, decidieron renovar sus votos de una manera más significativa.

- Ah, entiendo.

Al terminar la ceremonia, nos dirigimos al salón donde las mesas estaban dispuestas para la comida. George y yo encontramos nuestros lugares en la mesa y nos sentamos.

- ¿Qué te parece la boda? - preguntó George.

- Está muy bonita, tu tía está preciosa.

- ¿Habías asistido a una boda antes?

- No, esta es la primera.

- Espero que te guste - sonrió levemente.

- Gracias.

Poco después, Rafael y Violeta se acercaron a nosotros.

- ¿Les importa si nos unimos a ustedes? - indagó Violeta.

- Adelante - respondió George.

Rafael y Violeta se sentaron, tratando de encontrar temas de conversación con nosotros.

- ¿Qué les parece la boda? - preguntó Violeta.

- Como Alessa y yo habíamos comentado antes, la boda está muy bonita. ¿Y ustedes qué piensan?

- Me gusta, está muy bonita - dijo Violeta.

- ¿Rafael? - preguntó George.

- Opino lo mismo.

- Volviendo al tema anterior sobre cómo Alessa y Rafael se conocieron, ahora cuéntenme, ¿cómo fue? - preguntó Violeta, con una sonrisa cínica en los labios, mirando a mí y a George.

- Conocí a Alessa en una cafetería, la vi sentada sola, parecía triste, así que decidí hacerle compañía.

- ¿Ah, sí? - sonrió Violeta.

- Sí, Violeta, fue allí donde nos conocimos.

- Después de conocerse, ¿salieron juntos también?

- Sí, salimos una vez. Fuimos al cine, después de eso, nos comunicamos solo por mensajes.

- Entiendo, es una buena historia la de ustedes.

Miré a George y a Violeta, observando sus expresiones desconfiadas respecto a la historia. Mientras tanto, Rafael parecía incómodo con las preguntas y respuestas de Violeta, que se divertía con la situación.

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