El Nuevo CEO

Capítulo 39.

Alessa Rodríguez.

    A la mañana siguiente, me desperté indispuesta, mi cuerpo aún exhausto por lo sucedido el día anterior. Me levanté somnolienta, tomé una toalla y me dirigí a la ducha. Después de bañarme, me vestí y me dirigí a la cocina.

    — Buenos días — saludó Márcia, tomando un sorbo de su café.

    — Buenos días, ¿dónde está David?

    — Aún está en la habitación. Tal vez tenga el día libre — respondió Leonor.

    — Qué raro. Voy a verlo.

    Entré en la habitación de David y cerré la puerta suavemente. Me acerqué a él y lo sacudí ligeramente, sentándome a su lado.

    — ¿David?

    — ¿Qué pasa? — preguntó con voz apagada, mientras seguía acostado boca abajo, con su rostro en la almohada.

    — ¿No vas a trabajar?

    — No, tengo el día libre.

    — ¿Dos veces en la semana?

    — Sí, ahora déjame volver a dormir.

    — ¿Estás bien?

    — Estoy bien, ¿puedo volver a dormir ahora?

    — Está bien, si quieres hablar, estaré disponible.

    Me levanté y salí de la habitación. Al regresar a la cocina, me acerqué a Márcia y me senté frente a ella.

    — ¿Martín y Leonor ya se fueron?

    — Sí, acaban de salir. ¿David está bien?

    — No sé, necesito que lo vigiles hoy — pedí en susurros.

    — Está bien, me quedaré.

    — Gracias. Si Luis llama, intenta escuchar y averiguar de qué están hablando.

    — Claro, cualquier cosa te llamo.

    — Gracias, Márcia.

    Con mi bolso en mano, dejé el edificio y me dirigí a la empresa. Al llegar, entré al edificio y subí a mi oficina. Me senté en la mesa, puse el bolso sobre la misma y comencé mis tareas.

    Después de un rato, George entró en la oficina y se acercó.

    — ¿Estás bien?

    — Estoy bien, gracias. ¿Cómo estás, necesitas algo?

    — Estoy bien, gracias. Y no, no necesito nada. ¿Qué estás haciendo?

    — Estoy terminando las planillas que me enviaste — respondí, ahora mirándolo.

    George se acercó aún más, poniéndose frente a mí.