Capítulo 67.

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Alessa Rodríguez.

George y yo estábamos en el jardín, observando las estrellas.

- ¿Cómo fue volver a ver la casa de tu tía?

- Difícil, pero encontré un álbum con fotos de mis padres, antes de la adicción.

- Debe haber sido difícil.

- Sí. Sin embargo, al ver las fotos de su boda y saber que mi padre está bien de nuevo, viviendo conmigo, me hizo sentir bien.

- Me alegro por ti.

- Gracias.

- ¿Cómo reaccionaron tu padre y tus hermanos al ver las fotos?

- Mi padre se sorprendió al descubrir que Olivia aún guardaba fotos de él y de mi madre. Por otro lado, mis hermanos se alegraron de verlas de nuevo.

- Ahora las tienes tú y eso es genial.

- Es verdad.

- Las estrellas están preciosas.

- ¡Están extraordinarias! Hay muchas hoy.

- Exactamente.

George se acercó y me dio un beso.

Algún tiempo después, volvimos al coche y nos dirigimos a casa de George.

- ¿Tu padre se ha estado recuperando bien? - preguntó George al volante.

- Sí, está cada día mejor.

- Me alegro por él.

- Yo también.

Al llegar, entramos y fuimos a la sala.

- Alessa, sé que te preocupas mucho por tus hermanos y, sobre todo, por tu padre. Sin embargo, ahora que estamos comprometidos, me gustaría saber si te gustaría vivir conmigo.

- ¿De verdad?

- Sí, sé que tu padre aún está recuperándose, pero puedes ir a visitarlo aunque vivas aquí.

- Me encantaría vivir contigo, pero pensar en dejar a mis hermanos... - respondí pensativa.

- Alessa, sé cuánto te preocupas por tus hermanos, pero algún día también se casarán y seguirán sus propios caminos. No debes dejar de vivir tu vida por los demás.

- Entiendo y estoy de acuerdo contigo, así que sí, acepto vivir contigo.

- ¿De verdad? - sonrió contento.

- Sí, acepto - sonreí.

- ¡Vaya, me hace muy feliz oír eso! - respondió George, dándome un abrazo.

- Y a mí aún más por irme a vivir contigo.

George me tomó por la cintura y me dio un beso intenso.

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