Capítulo 33.

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Alessa Rodríguez.

Al llegar a mi apartamento, entré y fui directamente al salón, donde encontré a mis hermanos y a Márcia en el sofá viendo una película. Me acerqué y me senté junto a David.

— Buenas noches, ¿cómo estás? —preguntó Márcia.

— Cansada, pero bien. ¿Y ustedes?

— ¡Estoy genial! Pasar mis vacaciones aquí ha sido muy bueno para mi salud mental.

— Entiendo perfectamente —concordó Leonor.

— ¿Cómo fue tu regreso? —preguntó David.

— Extraño, pero bien. Violeta, la exnovia de George... —antes de que pudiera terminar, Márcia me interrumpió.

— ¿Exnovia? Cuéntame esa historia.

— George ya estuvo casado una vez con Violeta, pero terminaron porque, antes de eso, ella estuvo con su hermano, Liam.

— ¡Qué locura!

— Sí, pero durante una cena con la familia de George, hubo un momento en que él se retiró al baño y Violeta lo siguió. Cuando fui a buscarlo, los vi besándose.

— Ella los traicionó a ambos.

— Exactamente. Hoy Violeta se disculpó por haberlo besado frente a mí.

— Wow, eso es sospechoso —comentó Leonor.

— Muy sospechoso. De todos modos, después de eso George me invitó a almorzar a su casa. Cocinó para nosotros.

— ¿Él cocina? —preguntó Márcia.

— Sí, ¡y muy bien! Después del almuerzo, me pidió que cantara, ya que mencioné su nuevo piano.

— ¿Aceptaste? Eres tan tímida —dijo Leonor, sorprendida.

— También me sorprendió.

— Continúa, por favor —pidió David.

— Luego llegaron su tía y su madre y comenzaron a hablar sobre "nuestra boda", que George dijo que tendríamos. Ahora ambas quieren organizarlo todo y su tía está muy emocionada.

— Dios mío, qué lío —comentó Márcia.

— Desafortunadamente.

— Alessa, no te olvides de llamarme para que sea tu falsa dama de honor.

— Lo serás —sonreí.

A la mañana siguiente, desperté con el timbre del celular. Lo cogí de la cómoda y contesté soñolienta.

— ¿Hola? —respondí.

— Hola, Alessa, solo quería avisarte que pasaré por ahí para recogerte hoy.

— ¿Pasa algo?

— Mi tía envió un mensaje diciéndonos que vayamos a su casa.

— ¿Sobre qué?

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