Alessa Rodríguez.
Al darme cuenta de que mi padre realmente me estaba abrazando, me levanté y me alejé.
— ¡No! Esto no va a funcionar.
— Alessa... estaremos bien.
— ¿Nosotros quiénes?
Lo miré con desdén, me giré y me dirigí hacia la puerta. Al abrirla, vi a mis hermanos, George y Márcia. Los miré con el rostro empapado de lágrimas, me esquivé pasando entre ellos y bajé las escaleras.
Mientras caminaba hacia la salida, George corrió hacia mí.
— Alessa, espera.
— ¿Qué fue? — pregunté secándome las lágrimas.
— ¿Vas a salir así?
— Por más que intente, no puedo hablar con él. Cada recuerdo que viene a mi mente solo aumenta la rabia que siento.
— ¿Quieres que te lleve de vuelta al apartamento?
— No, no quiero volver allí, no ahora.
— ¿Entonces a dónde vas?
— No lo sé, pero no volveré allí.
— Entonces te quedarás en mi casa.
— No es necesario, no quiero ser un problema.
— ¡No serás ningún problema, Alessa! Solo le avisaré a Márcia y nos iremos.
— Gracias.
Después de que George le avisara, dejamos el hotel y caminamos hacia su coche. Entramos y nos dirigimos a la casa de George. Al llegar, entramos y nos acomodamos en el sofá.
— George, siento mucho lo del matrimonio.
— No te disculpes, sé que estás muy molesta con toda la situación.
— ¡Hoy fue un desastre!
— ¿Fuiste al apartamento cuando saliste del campo?
— No, tomé un aventón.
— ¿Con quién?
— Con Rafael, pero por favor, no discutas eso conmigo.
— No iba a discutir. ¿Hicieron algo?
— ¿Qué? ¡Claro que no, George!
— Está bien, lo siento. ¿Por qué cambiaste de opinión respecto a tu padre?
— Antes de salir de la habitación, había puesto un regalo y una carta en mi bolso y cuando los vi, sentí la necesidad de ir a hablar con él.
— ¿Y todavía están en tu bolso?
— Sí, no quiero tirarlos.
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El Nuevo CEO
RomantikAlissa se muda a España con sus hermanos menores, para tener una vida mejor y un nuevo trabajo. Entonces Alissa comienza a trabajar en una nueva empresa, siendo secretaria de uno de los mayores empresarios del país, George Jones. En una reunión que...