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La Luna brillaba en el cielo, era azulada una que raramente se ve.

—Estamos reunidos aquí para celebrar que el Alfa Jeon JungKook ha encontrado a su Omega destinada, a su mate —todos aplaudieron.

Jungkook estaba frente a Danrah, ambos se miraban mutuamente sin quitarse la mirada del otro.

—La bendición de la Luna y de la manada es lo que estamos celebrando el día de hoy —mas gritos y aplausos se escucharon— Esperamos la bendición de la diosa, ahora el ritual del mate.

Baba sacó una cinta roja atando las manos de la pareja, procedió a encender el incienso y pasarlo alrededor de los lobos mientras recitaba cantos antiguos, luego pinchó el dedo de Jungkook dejando caer una gota en una pequeña copa con agua y luego pasó a hacer lo mismo con Danrah.

Acercó esa copa y los hizo beber de ella, los ojos de Jungkook brillaron de un rojo intenso mientras que Danrah brilló con un azúl intenso, las nubes que estaban cerca de la Luna se alejaron de esta, una luz proveniente de la luna cayó sobre ellos y todos inmediatamente se inclinaron.

La propia diosa Luna los estaba bendiciendo, entonces fue cuando la madre de Jungkook recordó la profecía que se solía pasar de generación en generación, la historia de los primeros lobos, los guardianes y protectores de los licántropos.

¿Acaso su hijo era el guardián de la oscuridad?

No podía creerlo, pero era bastante obvio, todo encajaba, por eso Jungkook era diferente y siempre fue diferente de los demás lobos incluso de cachorro.

—La bendición de la Luna ha caído sobre ustedes, por el poder que ella me otorga, los bendice su pueblo, ya solo falta la boda oficial, deberás marcarla antes de que se casen.

—La boda será la semana que viene —habló mirando a su pueblo y estos comenzaron a aullar.

Danrah no podía pedirle que esperara un poco más, que aún no estaba lista, así que cayó, se casaría pero tendría que hablar con Jungkook acerca de ciertas cosas de las cuales aún no se siente lista. Esa no he la celebración duró hasta el amanecer para luego todos retirarse a sus respectivos hogares.

La madre de Jungkook les preparó habitaciones separadas, no estarían juntos hasta la boda, lo cuál estaba bien para ella, a él si que no le gustó mucho pero entendía el porque su madre lo había hecho.

Ese día la loba durmió casi todo el día, solo despertó para cosas puntuales, estaba cansada por el viaje y por la fiesta de anoche, durmió todo ese día y toda esa noche para despertar el día después.

Después de salir del baño se detuvo en la ventana viendo cómo era el pueblo.

—Ahora esta será nuestra manada —habló Sira, su loba.

Sira apareció en la vida de Danrah mucho después de lo que normalmente los lobos se contactan con su parte humana, las injusticias y torturas que había recibido su cuerpo humano la habían vuelto retraída y no confiaba en nadie, pero eventualmente salió para mostrarle a su humana de lo que era capaz.

—¿Tú crees que vamos a encajar?

—Lo haremos, somos únicas, pero nuestro Alfa también lo es así que no nos tendrán miedo, tampoco creo que nos vayan a encerrar ya que somos la Omega líder.

—¿Te gusta, cierto? —me reí un poco.

—Si te refieres a Max, claro que sí, puedo sentir como él es parte de mí y yo soy parte de él... Si te refieres a la manada, apenas si estamos llegando pero por lo que puedo notar no son como en el Norte... Y si hablas de mi posición ahora como Omega líder, pues claro que me encanta, así nadie podrá pasar por encima de nosotras —asentí.

—Estas completamente en lo cierto y creo que me siento igual que tú, solo que tú por instinto ya confías en Max, pero a mí aún me cuesta confíar, pero no en Jungkook sino en toda esta situación, siento que es un sueño del que pronto despertaré.

—Es algo que superaremos juntas, somos fuertes y lo hemos demostrado, ahora todos aquellos que dudaron de nuestra fuerza verán de lo que somos capaces.

Su sonrisa hizo que Danrah terminara sonriendo también.

Al día siguiente ella despertó viendo alrededor... No era un sueño y no lo sería de ahora en adelante, ahora estaba en un lugar caliente, dónde nadie la iba a pisotear, ni a humillar. Así que con una sonrisa en su rostro se dirigió al baño para asearse, entonces hubo un toque en la puerta y pensando que era una de las omegas ella dejó que entrara.

—Pasa —ella aún se encontraba en bata de baño, mientras peinaba su cabello que cada vez estaba más largo— ¿Debería cortarmelo?

Se dijo a si misma.

—Creo que me gusta más como se ve largo —ella se sorprendió dando un pequeño salto— Pero es tu cabeza, mi amada, puedes hacer lo que quieras con el, eso no me hará amarte menos.

Tomando uno de los mechones de su cabello lo llevo hacia su nariz para olfatearla.

—Tu olor es como una droga y no se por cuánto tiempo más puede aguantar el no tomarte y hacerte mía —ella no podía ni responder.

La verdad es que ya ella estaba bajo los encantos de su Alfa, solo que era muy orgullosa para admitirlo.

—Arreglate, preciosa, iremos a conocer la manada, quiero que todos te vean —él comenzó a caminar hasta la puerta— Te espero abajo para que desayunemos juntos y luego nos iremos.

Ella solo asintió sin poder decir una palabra, las acciones de Jungkook la habían ruborizado a tal punto que no quería que se detuviera y el pensar así estaba haciendo estragos en su cuerpo, a este pasa ella terminaría cediendo a la marca antes de la boda.

Era contraritorio porque su loba estaba completamente lista, para la marca, el lazo, la unión y el nudo, pero era su lado humano que aún presentaba dudas.

Había sido usada y engañada tantas veces que ya las palabras incluso acciones no significaban nada para ella, solo el tiempo sería la cura para esta lobita.

Pero... ¿Acaso sería Jungkook, su Alfa, igual que ellos?

 ¿Acaso sería Jungkook, su Alfa, igual que ellos?

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Wolf Pack +21Donde viven las historias. Descúbrelo ahora