Una historia Omegaverse, dónde dos lobos están destinados a salvar a las manadas pero no todo será fácil para ellos, además, ¿Podrá su amor ayudar a la profecía?
Una historia de mi completa autoría.
Contenido +21.
No acepto copias ni adaptaciones.
A...
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Varios lobos peleaban contra Inguk pero debido a que su cuerpo no parece ser afectado por mucho tiempo, este volvía a levantarse rápidamente.
—¡Inguk! —sus ojos se posaron en ella y una sonrisa apareció en sus labios.
—¡Mi amada, Danrah! ¡Sabía que entrarías en razón! —él estiró su brazo para que ella tomara su mano.
Y ella lo hizo, tomó su mano y caminó con él fuera de la aldea, entonces Jungkook se detuvo frente a ellos, ella sonrió mientras que Inguk estaba visiblemente molesto.
—¡Tú! ¡Siempre eres tú! —Inguk rápidamente se lanzó a Jungkook iniciando una batalla bastante recia, ambos seguían en su forma humana.
Ella cayó al suelo de rodillas, estaba bastante mareada y sus piernas no respondían, un disparo en su dirección se escuchó, Jungkook volteó hacia ella pero fue golpeado en el rostro por Inguk, pero Song Kang se lanzó cubriéndola con su cuerpo, al levantar su rostro pudo ver a su padre con un arma en la mano.
—¿¡Por qué la salvas!? ¡Ella no es humana como nosotros!
—Pues con quienes tu estás tampoco son humanos, ¿Tú crees que ellos te dejarán con vida si logran ganar y conseguir lo que quieren? ¡Despierta, padre! ¡Solo te están usando! —él se levantó— Vuelve conmigo, volvamos a la tierra de mamá, allá es donde está nuestra vida, no tenemos nada que envidiarles a los licántropos.
—¿Los apoyas? —se rió sarcásticamente.
—Pues el tiempo que ellos me dejaron quedarme pude ver que no son diferentes a nosotros, tienen problemas con amigos, familia, de parejas, se enferman, es cierto que aquí tienen magia, pero ellos en su personalidad no son bárbaros que matarían todo a su paso, solo son territoriales y defienden lo que es suyo.
Minho levantó el arma nuevamente y apuntó, pero Song Kang volvió a colocarse en el medio, él no iba a permitir que a ella le sucediera algo mientras estuviera presente.
*
Mientras dentro en dónde las Omegas están, Lucy sostenía a los dos bebés, a su lado Irene quien no dejaba de mirarla.
—¿Cómo puedes cuidarlos y no son tuyos? —habló la arpía de Irene.
—Primero eso no es tu problema lo que yo quiera o no quiera hacer y segundo no es tu problema —Lucy le dió una sonrisa que molestó a Irene, entonces ella no volvió a hablar más sobre el tema.
De la nada una niña se sienta a su lado.
—¿Esos son los cachorros del Alfa? —las dos se miraron y luego Lucy asintió.
—Asi es, ¿Y tú mami? ¿Sabe que estás aquí?
—Si ella está en la cueva también, solo que le pedí venir a verlos, quería conocer a mis hermanos —la sonrisa de la niña era bastante pura, pero Lucy no podía sacudir la idea de que no debía bajar la guardia.
