Wolf Pack +21

57

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Las llaves de la mazamorra se escuchan alertando a Song Kang que se encontraba con los ojos cerrados, no puede negar el miedo, está sumamente aterrado.

—Huele a miedo —se escucha la voz de una mujer, casi melodiosa y seductora, pero no solo ella venía a verlo, pasos más pesados podían oírse.

El primero en aparecer frente a las barras de la prisión, es Jungkook, y junto a Tae y Jimin estaba esta mujer, sumamente hermosa, tan hermosa que Song Kang literalmente suspiró al verla haciendo que Jungkook gruñera.

—Mi esposo puede ser muy celoso y me estás mirando mucho, pues quiero que lo hagas así, no dejes de mirarme, no quites tu vista de mi mientras hablas, si lo haces te cortaré el cuello.

Mientras Tae y Jimin podían sentir la sed de sangre de parte de Danrah y lo poderosa que era su aura, Jungkook, por el otro lado, estaba mucho más que exitado, ya estaba imaginando las posiciones en las que pondría a su esposa después de salir de aquí.

Danrah entró dentro de la celda, no tenía miedo, podía oler que este hombre estaba completamente aterrado ante los licántropos presentes en ese lugar. Song Kang pasó a obedecer al pie de la letra lo que ella le había dicho, no quitó su mirada de esta hermosa mujer que cada vez lo cautivaba más.

—Quiero que me cuentes la historia que le contaste a mi esposo y los demás Alfas —con su dedo levantando su mentón continuó— Y no dejes de mirarme.

Kang comenzó a contarle todo a Danrah, es como si no pudiera evitar contárselo, planes tras planes salían de la boca de él mientras sus ojos estaban clavados en los de ella, que ahora eran de color azul.

Luego Danrah se levantó y se acercó a los Alfas.

—¿Y bien? —el primero en hablar fué Tae.

—Bueno, en toda la historia no mintió —Danrah se detuvo— Ni una sola vez —su mirada see posó en el humano— Tampoco creo que sea una amenaza, puedo olor más allá de su miedo, parece cansado de algo, creo que en realidad no quiere pelear, solo quiere irse.

—Esto lo discutiremos los Alfas, pero tomaremos muy en cuenta tu opinión, Omega Jeon, muchísimas gracias —dijo Jimin.

—Vale, pero les daré mi humilde opinión si así me lo permiten —ella espero a tener la aprobación mientras todos asentían.

—Dejenlo libre, asignen a un fuerte licántropo a vigilarlo y que vea como vivimos, de esa manera no le quedará la menor duda de que tomó una buena decisión y sus próximas generaciones tampoco sentirán el deseo de venir a este mundo —con una sonrisa en sus labios ella sale de ese lugar.

El primer suspiro lo soltó Jimin, para luego mirar al humano.

—Creo que la esposa de Jungkook tiene razón, no debemos derramar sangre que no busque algún problema con nosotros, más bien el ayudarlo haría que todo esto se calme —habló Tae.

—Pero yo solo tengo una sola pregunta para él, ¿Estás preparado mentalmente sabiendo que tú padre morirá en nuestras manos? —Jungkook no dudó en mirarlo directamente a los ojos cambiando su color a un rojo, más rojo que la misma sangre.

—Se cuáles serán las consecuencias igualmente, intenté lo más que pude de hacerle cambiar de opinión, pero yo no deseo pelear, no tengo esa sed de venganza, estaba viviendo bien, solo hice lo que él me pidió como una manera de ganarme su aprobación, pero ya no, no quiero masacrar o ver como se lanzan a una muerte segura —los tres Alfas se miraron y asintieron casi al mismo tiempo.

—Te tendremos con vigilancia por los momentos, a la primera cosa que hagas en falso te mataremos —advirtió Tae.

—Pero igual ya para mañana debemos regresar a nuestras manadas, ¿Con quién se quedará? —agregó Jimin.

—Creí que se quedaba aquí —Tae estaba confundido.

—Yo creo que es mejor que esté con Jungkook y Danrah, ustedes son más fuertes y además que Danrah podrá saber y confirmar si hay una mentira en él —Tae asintió en acuerdo.

—Vale, vale, asignaré a uno de mis hombres para su vigilancia —Jungkook miró detrás de él viendo al jóven Félix, un Alfa con grandes instintos.

Jimin me permitió tomar una habitación en una de las casas para visitas, allí estará bajo vigilancia, no solo por Félix, a quién Jungkook ha asignado sino que tendrá dos guardias del palacio de Jimin para doble resguardo.

Luego de salir de allí Jungkook caminó hasta donde estaba su habitación, al entrar y percatarse que su esposa está en casa durmiendo, se congeló viendo aquella imágen, esa hermosa mujer era suya, su mate, su destino, la madre de su futuro cachorro o cachorros.

Lentamente se metió en la cama con ella, colocó su mano encima de el vientre de Danrah, el cual ya se le comenzaba a formar, otra mano más suave se posó encima de la de Jungkook.

—¿Te desperté? Perdona, amor —dijo él, mientras besaba el hombro de su esposa.

—Tranquilo no pasa nada, comencé a sentir mucho sueño así que vine aquí, quiero dormir un poco antes de irnos —Jungkook dejó otro beso.

—Duerme todo lo que quieras, los cachorros te harán dormir y comer mucho, pero valdrá la pena para poder verlos pronto —ella asintió y tomó la misma posición en la que estaba.

Jungkook la sostuvo en sus brazos hasta que ambos se durmieron.

*

Mientras, cerca del portal, tanto Ria como Minho miraban a todo el campamento trabajando para dejar las armas listas.

—¿Aún estás dolido por lo de tu hijo? —él la miró con desdén.

—Cállate, aunque me haya traicionado, sigue siendo mi hijo y no pienso tocarlo, lo más seguro es que volverá al mundo humano si consigue ayuda, sino vagará por estás tierras hasta que lo encuentre un licántropo y lo asesine.

—Bueno, solo venía para dejarte saber que las armas están casi listas, y entonces procederemos con los ataques, no será simultáneo porque no tenemos tantos hombres, lo haremos primero con el norte, ellos están más desprotegidos.

Desde arriba la Luna era testigo de todo esto, confiando en que sus enviados, podrán detener el baño de sangre que se avecina.