11. Secretos bajo la Luna

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 𝑳𝒆𝒚𝒔𝒂 𝑭𝒂𝒓𝒓𝒊𝒏𝒈𝒕𝒐𝒏 

─ La luna siempre me ha parecido misteriosa y bella ─ comenté, absorto en la imagen del libro. ─ Tiene tantos secretos y se encuentra tan sola que anhela compañía.

─ No sabía que te interesaría estudiar la luna, al fin y al cabo, solo es un satélite de la Tierra ─ dijo Theodore, lo cual me hizo reír.

─ La luna está ahí para iluminar la oscuridad. Seguramente no se siente sola, ya que ilumina la oscuridad de los demás.

─ ¿Y qué más te gusta? ─ preguntó Theodore.

─ El chocolate, me encanta. Hogwarts tiene los mejores postres, y por eso siempre termino comiendo lo mismo ─ respondí.

─ Leysa, me alegra ver que estás mejor. Hace unas semanas parecías un poco mal, pero ahora vuelves a ser la misma ─ mencionó Theodore.

─ Sí, a veces simplemente ocurren cosas ─ respondí encogiéndome de hombros.

Nuestra conversación se vio interrumpida cuando una silla cayó justo a nuestro lado. Hermione Granger la levantó rápidamente.

─ Lo siento, se me cayó ─ dijo Hermione mientras Theodore la observaba con curiosidad.

─ No hay problema ─ respondí, volviendo a centrar mi atención en el libro.

─ ¿Eres Leysa, verdad? ─ preguntó Hermione, y ambos nos giramos hacia ella. Asentí. ─ La profesora McGonagall quiere verte en su despacho ahora mismo. Es sobre un tema de clase ─ dijo con nerviosismo.

─ Bien, nos vemos en la sala ─ me despedí de Theodore y caminé junto a Hermione.

Sentía los nervios de la chica a mi lado, aunque en realidad debería estar más nerviosa yo, ya que tenía la tarea de obtener información de ella.

─ Oí que te gusta todo lo relacionado con Defensa Contra las Artes Oscuras ─ comentó Hermione intentando entablar una conversación mientras nos dirigíamos al despacho de McGonagall.

─ Sí, es una clase interesante. En realidad, me gustan muchas cosas. Cuantas más oportunidades tenga de aprender, más cosas me gustarán ─ respondí con una sonrisa, a lo que ella asintió.

─ Te pareces a alguien que conozco ─ mencionó repentinamente.

Me detuve, intentando procesar lo que había dicho. A pesar de que Draco decía que era una sangre sucia, ella llevaba ya seis años en el mundo mágico. ¿Sería posible que supiera algo?

─ Lo siento, es que no tengo familia aquí, por eso me sorprendí ─ traté de justificar mi repentina sorpresa.

─ Bueno, quizás sea solo una impresión mía. Olvidé que vienes de Francia. Pensé que tal vez tuvieras parientes aquí. Tus rasgos y tu tranquilidad son similares ─ sonrió.

─ ¿Similares? ─ pregunté, curiosa.

─ Sí, pero puede que sea solo una idea mía. Ayer encontré similitudes entre Neville y un hombre que no es del mundo mágico ─ mencionó Hermione.

─ Seguramente sea eso ─ respondí con una aparente tranquilidad, aunque en mi interior la preocupación seguía latente. Trataba de disimularlo para no levantar sospechas.─ Por cierto, me di cuenta el sábado pasado de que también estuviste presente en la clase de aparición y runas antiguas.

─ ¿Tú también estabas allí? ─ Asentí con la cabeza.─ Por lo general, me gusta aprovechar las clases opcionales para pasar el tiempo.

─ ¿Y qué opinas de esas clases? Creo que son una excelente oportunidad para aprender magia más avanzada.

𝑷𝒖𝒓𝒆 𝑩𝒍𝒐𝒐𝒅, 𝑫𝒊𝒓𝒕𝒚 𝑺𝒐𝒖𝒍 | 𝐃𝐫𝐚𝐜𝐨 𝐌𝐚𝐥𝐟𝐨𝐲Donde viven las historias. Descúbrelo ahora