49. Una pizca de amor

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L E Y S A    F A R R I N G T O N.

— Tienes toda la razón, ha llegado el momento de regresar a casa. Aunque mi deseo sería quedarme contigo para siempre, hay personas en mi vida que necesitan mi amor y protección. — miré a mi madre, tomé su mano y la detuve por un momento. — Aún tengo mucho por vivir y quiero regresar a mi casa con Teddy.

Mi madre asintió, mostrando una expresión de orgullo y comprensión.

— Y no te estoy deteniendo. — se acercó a mí y sonrió. — Ambos te necesitan. Ninguno podría soportar perderte. Ahora ve y agradece a Molly por intentar aliviar su propio dolor para salvarte, mi pequeña niña. Sé que nos volveremos a ver.

Con ternura, besé la mejilla de mi madre y me alejé lentamente de ella. Sabía que no era un adiós definitivo, sino un hasta luego. La figura de mi madre se desvaneció lentamente en el aire, pero su amor y su presencia continuarían acompañándome en cada paso de mi camino.

Aquel momento con mi madre seguía sin borrarse de mi mente; me mantenía pensando si había sido real o simplemente parte de mi imaginación. Después de tres días, finalmente pude levantarme y caminar alrededor de la habitación que Molly nos había dado, mientras esperaba a que Draco llegara.

— Leysa —me giré cuando oí la voz de Draco—. Mira quién está aquí.

Draco caminaba hacia mí con Teddy en brazos, quien pataleaba ansioso por llegar a mí, aunque aún no podía cargarlo. La escena de ver a Draco sosteniendo al pequeño hizo que mi corazón se agitara.

— Teddy —saludé al pequeño—. Cuánto deseo poder cargarlo, pero tendrás que esperar un poco más —dije con una sonrisa.

— Mientras tanto, yo me encargaré de cuidarlo —anunció Draco emocionado con la idea.

Ambos volteamos cuando escuchamos a Harry llamarme.

— Leysa, Molly nos dijo que recién ayer te enteraste de la muerte de Fred —asentí con tristeza.

— Sí, por cierto, Harry —me acerqué lentamente a él.

— Espera, yo me acerco —dijo él—. Molly dijo que no deberías apresurarte y que deberías tomarte tu tiempo para recuperarte —asentí, agradecida por su preocupación.

— Gracias por haberle pedido a Molly que trasladaran el cuerpo de Blaise aquí —susurré—. Sé que no es fácil para ti, pero en serio lo agradezco.

— Tú no hiciste nada en mi contra, ellos te obligaron —dijo Harry animándome—. Además, Remus dijo que si hubieras estado desde el principio, lo más seguro es que Sirius te hubiera considerado parte de la familia que estábamos formando, y tenía razón —lo miré sin comprender del todo—. El lazo de amistad que unía a nuestros padres nos une también. Si algún día necesitas algo, acude a mí.

— Gracias, Harry —le sonreí sinceramente.

— ¿Incluso a Harry le agradeció, pero a mí no me han pedido disculpas por casi matarme? —Ron intervino con sarcasmo, y Draco rodó los ojos ante su comentario.

— No ha parado desde que todo terminó —dijo Draco detrás de mí—. Ni Teddy lo soporta.

— Ron —dije—. Lamento haberte envenenado, no queríamos hacerlo. Aunque la sola acción suena horrible, no queríamos dañar a nadie.

— Ya lo sé —dijo él y sonrió—. Solo me gusta molestar a Malfoy aprovechando que está aquí. Por cierto, Hermione está abajo, ella supo antes que todos que eras hija de Remus.

— Bueno, es una bruja brillante —admití.

Ambos salieron de la habitación dejándome nuevamente a solas con Draco.

𝑷𝒖𝒓𝒆 𝑩𝒍𝒐𝒐𝒅, 𝑫𝒊𝒓𝒕𝒚 𝑺𝒐𝒖𝒍 | 𝐃𝐫𝐚𝐜𝐨 𝐌𝐚𝐥𝐟𝐨𝐲Donde viven las historias. Descúbrelo ahora