𝑳𝒆𝒚𝒔𝒂 𝑭𝒂𝒓𝒓𝒊𝒏𝒈𝒕𝒐𝒏
Snape me había asignado esa habitación como residencia oficial, especialmente porque era más conveniente para llevar a cabo las tareas encomendadas por Bellatrix. Por fin regresaría a clases y eso me emocionaba. Me preparé para la primera clase con Snape, llegando antes de que comenzara. Él estaba ocupado trabajando en algo que desconocía.
El salón, como de costumbre, estaba iluminado por una luz tenue y fría proveniente de las antorchas en las paredes. Las ventanas estaban cubiertas con gruesas cortinas, impidiendo que la luz natural ingresara. Snape se encontraba ocupado leyendo uno de los numerosos libros perfectamente alineados en las estanterías que bordeaban las paredes del salón.
— Buenos días. — Saludé. — Ya me siento mejor.
— No has venido solo por eso. — Comentó Snape mientras colocaba su varita sobre el escritorio. — Tampoco has venido por tu clase.
— No, en realidad, he venido a decirle que he seguido su tratamiento y parece estar funcionando. — Él asintió. — Además, quería preguntarle sobre lo que realmente sucedió. Draco evade el tema y muchas personas me miran de manera extraña.
— ¿Qué quieres que te diga? Perdiste el control y reaccionaste de forma peligrosa.
— ¿Eso significa que me volveré loca? Porque si es así, entonces no debería estar aquí. Podría lastimar a los demás, podría lastimar a Draco.
— Nunca dije que te volverías loca. — Dijo Snape con aparente cansancio en su voz. — Las respuestas que buscas no las tengo yo.
— Si me ayuda a recuperar mi memoria y entender lo que estoy pasando, le pagaré.
Snape me miró y soltó: — ¿Cómo podrías pagarme si dependes completamente de Voldemort?
— Si me ayuda, mataré a Dumbledore por mi cuenta. — Afirmé. — No será Draco ni siquiera tú quien tenga que hacerlo.
— ¿Y por qué tendría que hacerlo yo?
— Porque escuché a Narcissa hablar con Bellatrix sobre el juramento que hicieron. — Confesé. — Entonces, si me ayuda, haré eso.
— No lo haré, porque no lo haces para ayudarme, lo haces para cumplir la tarea asignada a Draco. — Se acercó a mí. — Lo que tienes con él no funcionará, así que sería mejor que te concentres únicamente en lo que te he encomendado antes de que sea demasiado tarde.
— Matar a Dumbledore es una tarea que debo ayudar a completar. No lo hago por él.
Snape se alejó y finalmente dijo: — Dos sesiones diarias. Después de las clases vendrás, eso es para intentar recuperar parte de tu memoria. Y tendrás que seguir tomando el líquido que te di, eso será durante la primera semana de cada mes.
— Entiendo lo de las sesiones, pero ¿por qué debo seguir tomando el líquido?
El salón comenzó a llenarse de alumnos: — Si quieres recuperar la memoria, entonces sigue las indicaciones que te doy.
Me senté en la fila del medio, en la tercera fila, y saqué un pergamino para tomar notas. La silla junto a mí se movió y noté que Draco se sentaba a mi lado. Al levantar la mirada, él se acercó y me dio un corto beso.
— ¿Llegaste temprano? — Preguntó tomando asiento.
— Sí, solo quería saber los temas que hemos cubierto. — Él asintió.
— Una vez más, la familia completa. — La voz que sonó detrás de nosotros nos hizo girar en nuestros asientos para ver a Theodore con una sonrisa. — Ven aquí, Blaise. No seas tímido y dile a Leysa que la extrañaste.
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𝑷𝒖𝒓𝒆 𝑩𝒍𝒐𝒐𝒅, 𝑫𝒊𝒓𝒕𝒚 𝑺𝒐𝒖𝒍 | 𝐃𝐫𝐚𝐜𝐨 𝐌𝐚𝐥𝐟𝐨𝐲
FanfictionPure Blood, Dirty Soul - Sangre Pura, Alma Sucia Cuando no hay nadie a tu alrededor, la soledad se convierte en una compañera inquebrantable, envolviendo cada rincón de tu ser. Aprendes que la crueldad del mundo deja cicatrices, tanto visibles como...