L E Y S A F A R R I N G T O N
Mayo, 1997
[...] Remus Lupin estaba frente a mí, observándome con una mezcla de tristeza y determinación en sus ojos. Mi corazón dio un vuelco al reconocerlo de inmediato, aunque intenté ocultar mi sorpresa ante su presencia inesperada.
- ¿Quién eres? ¿Cómo sabes mi nombre? -pregunté con cautela, tratando de mantener mi guardia alta frente a este desconocido.
- Soy un amigo, alguien que ha estado buscando respuestas durante mucho tiempo -respondió con suavidad, manteniendo la distancia entre nosotros-. Sé quién eres, Leysa. Sé que eres mi hija.
Mi corazón se contrajo al recordar la pérdida del collar que era el último recuerdo de mi madre durante el enfrentamiento con Remus meses atrás. Ahora, con la recuperación de mi memoria, la verdad había salido a la luz y me encontraba cara a cara con el hombre que, de alguna manera, compartía mi sangre.
- No tengo padre -dije con frialdad, aunque mi voz temblaba ligeramente-. Mi madre está muerta, asesinada por los mortífagos.
Un destello de dolor cruzó el rostro de Remus, pero su determinación no vaciló.
Nuestros ojos se encontraron, y en ese momento pude ver la sinceridad en su mirada. La dualidad de mis sentimientos se intensificó: parte de mí quería abrazar la figura paterna que nunca había tenido, mientras que otra parte ardía con el deseo de venganza por mi madre.
- Sé que no eres así, sé que Stella te educó de otra forma -retrocedí al verlo acercarse, sin poder evitar sentir cierta incomodidad.
- ¿Qué quieres de mí? -susurré, luchando contra las lágrimas que amenazaban con escapar de mis ojos.
Remus dio un paso adelante, pero respetó mi espacio personal, consciente de la delicada situación.
- Quiero ayudarte a encontrar un camino hacia la paz y la justicia, sin caer en la oscuridad en la que te encuentras. Sé que todavía estás atada por ellos, pero déjame salvarte.
- ¿Cómo puedo confiar en ti? -pregunté con voz temblorosa, dejando entrever mi vulnerabilidad y el conflicto que sentía en mi interior.
Remus se acercó un poco más, extendiendo su mano hacia mí, pero sin atreverse a tocarla, respetando mis límites.
- No espero que confíes en mí de inmediato. Pero estoy dispuesto a demostrarte que mi intención es genuina.
- No lo entiendes -dije con tristeza,- Yo no puedo ir contigo -Remus me miró sin comprender,- Él supo cómo hacer que permaneciera de su parte, a pesar de haber recuperado mi memoria.
- Podemos arreglarlo, si me lo dices ahora mismo, lo enfrentaré -sonreí ligeramente, con una mezcla de valentía y determinación.
- No es necesario... -respondí con voz temblorosa,- Papá.
Remus se acercó y me abrazó. Por primera vez, sentí un abrazo familiar sin secretos ocultos. Él acarició mi cabello mientras lo oía sollozar, y yo me dejé llevar por ese sentimiento de protección y cercanía.
- Eres igual a ella -soltó separándose un poco,- Siempre dije que, si teníamos una hija, ojalá fuera como Stella.
- Deseo tanto como tú irnos juntos, pero ahora no puedo -admití,- Si me voy contigo en este momento, moriré. Voldemort se dará cuenta y podría hacerle daño a personas inocentes como represalia. No puedo permitir eso.
Remus me miró con preocupación, comprendiendo la gravedad de la situación.
- Entiendo tu preocupación, Leysa. Pero no puedo dejar de preocuparme por tu seguridad. Si permaneces aquí, estás en constante peligro.
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𝑷𝒖𝒓𝒆 𝑩𝒍𝒐𝒐𝒅, 𝑫𝒊𝒓𝒕𝒚 𝑺𝒐𝒖𝒍 | 𝐃𝐫𝐚𝐜𝐨 𝐌𝐚𝐥𝐟𝐨𝐲
FanfictionPure Blood, Dirty Soul - Sangre Pura, Alma Sucia Cuando no hay nadie a tu alrededor, la soledad se convierte en una compañera inquebrantable, envolviendo cada rincón de tu ser. Aprendes que la crueldad del mundo deja cicatrices, tanto visibles como...