D R A C O M A L F O Y
Desde el momento en que Leysa se marchó, mi vida dio un giro desafortunado. Me encontraba solo en este oscuro y despiadado mundo que parecía consumirme cada día más. Las noches eran las peores, cuando las sombras parecían acecharme y el peso de la soledad se hacía más insoportable. Cada noche, el silencio era ensordecedor y la ausencia de Leysa se volvía una presencia tangible que me atormentaba.
Sin embargo, trataba de mantenerme fuerte y cumplir con mis deberes como mortífago. A pesar de mi enojo y de que la odiaba por dejarme sin despedida al día siguiente, sin darme la oportunidad de pedirle que se quedara conmigo o al menos que me llevara con ella, sabía que tenía que continuar con mi lealtad a Voldemort. Aunque mi corazón estuviera partido, no podía permitir que eso me detuviera.
La partida de Leysa dejó un vacío en mi corazón, un vacío que parecía imposible de llenar. Durante los dos meses siguientes, ella estuvo ausente, cumpliendo su papel como líder de un grupo de mortífagos. No sabía exactamente qué había hecho en ese tiempo, solo tenía vagas referencias de que Blaise se había convertido en su mano derecha y de que estaban obteniendo buenos resultados para Voldemort. Me preguntaba qué tipo de misiones estarían llevando a cabo y si en algún momento tendría la oportunidad de volver a verla.
— Cariño, toma asiento, el desayuno comenzará a servirse —llamó mi madre mientras entraba al comedor.
Miré a Bellatrix y a mi padre, estos desayunos eran los que más odiaba y disfrutaba a la vez. Odiaba que hablaran de Leysa y me recordaran su abandono, pero también disfrutaba ver el enojo en los rostros de mi padre y Bellatrix al saber que Leysa estaba convirtiéndose en una de las mejores entre los mortífagos.
— ¿Puedes creer que Farrington ha conseguido reclutar a más seguidores para la causa? —dijo mi padre con enojo,— Esa bruja.
— Leysa ha estado ocupada cumpliendo los deberes que Voldemort le ha asignado —dijo mi madre,— Es igual que Stella —ambos la miraron con enojo.
— ¿Cómo puedes mencionar a esa traidora? —Bellatrix alzó la voz,— Es un milagro que su hija haya vuelto a poner en alto a los Farrington después de que su madre intentara humillarlos.
— Bellatrix, al parecer el crecimiento que ha tenido Leysa también te ha afectado, veo que ahora ella lidera las misiones —mencionó mi padre.
— Esa mocosa no sabe nada, y eso mi Señor lo tiene claro, pero Lucius, tal vez deberías aconsejarle a Draco que conquiste el corazón de Leysa, porque mientras su apellido crece, el tuyo va en decadencia —alzé la mirada, ante las palabras de Bellatrix, mi padre se quedó en silencio, reflexionando sobre lo que acababa de escuchar.
Las noticias que llegaban a mis oídos hablaban maravillas de Leysa. Voldemort la elogiaba constantemente, destacando su lealtad y hablando de una prueba que le habían hecho para poner a prueba su lealtad durante su primer mes como parte del bando. La mención de esa prueba me inquietaba profundamente, ya que temía que pudiera haber sufrido en manos de los mortífagos. A pesar de su ausencia física, su presencia se hacía sentir en cada rincón de mi mente, como si susurros de su nombre resonaran constantemente.
Durante esos dos meses, los mortífagos continuaron con su agenda de violencia y terror. Habían capturado a varios prisioneros, entre ellos Luna Lovegood. Según lo que había escuchado, fueron atrapados durante una fiesta organizada por los Weasley, específicamente la boda de Bill Weasley. Parecía que los mortífagos habían dado fácilmente con ellos.
Con la llegada de agosto, se acercaba el momento de regresar a Hogwarts. Aunque en el fondo sabía que existía la posibilidad de que Leysa no regresara, albergaba la esperanza de que lo hiciera. Intentaba convencerme a mí mismo de que debía seguir adelante, de que tenía que centrarme en mis deberes como mortífago, pero cada día que pasaba sin ella se volvía más difícil de soportar. Había aprendido a ocultar mis sentimientos, a mantener una fachada de firmeza frente a los demás, pero en la intimidad de mis pensamientos, la extrañaba desesperadamente.
ESTÁS LEYENDO
𝑷𝒖𝒓𝒆 𝑩𝒍𝒐𝒐𝒅, 𝑫𝒊𝒓𝒕𝒚 𝑺𝒐𝒖𝒍 | 𝐃𝐫𝐚𝐜𝐨 𝐌𝐚𝐥𝐟𝐨𝐲
FanfictionPure Blood, Dirty Soul - Sangre Pura, Alma Sucia Cuando no hay nadie a tu alrededor, la soledad se convierte en una compañera inquebrantable, envolviendo cada rincón de tu ser. Aprendes que la crueldad del mundo deja cicatrices, tanto visibles como...