43. Nueva vida

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L E Y S A        F A R R I N G T O N

Corrí a toda velocidad a través del espeso bosque, mis pies golpeando el suelo con determinación mientras Blaise se mantenía a mi lado, respirando agitadamente. Cada paso que dábamos era un esfuerzo desesperado por escapar de aquellos que habían descubierto la cruda verdad. El aire húmedo y cargado de la noche llenaba mis pulmones, y el sonido de nuestros pasos resonaba en la oscuridad como un eco amenazante, alertando a nuestros perseguidores de nuestra presencia.

De repente, Blaise se detuvo bruscamente, agarrando mi brazo con firmeza para obligarme a detenerme también. Sus ojos cafes, llenos de nervios, encontraron los míos mientras luchábamos por recuperar el aliento.

-Tenemos que separarnos -dijo en un susurro, su voz apenas audible por encima de los latidos acelerados de mi corazón-. Si nos quedamos juntos, será mucho más fácil para ellos encontrarnos. Pero si nos separamos, tendremos una oportunidad de despistarlos y ganar algo de tiempo.

Asentí, sabiendo que Blaise tenía razón. No quería ponerlo en más peligro del que ya estaba. Nos miramos por un momento, compartiendo un entendimiento silencioso, y luego nos separamos en direcciones opuestas, cada uno corriendo hacia un destino incierto.

Ahora me encontraba sola, sumergida en la densidad del bosque, con la adrenalina bombeando a través de mis venas a medida que mis pies seguían corriendo sin descanso. Pero la fugaz sensación de alivio por haber escapado de mis perseguidores se desvaneció rápidamente. De la oscuridad emergió de repente un hechizo, que se precipitó hacia mí con una fuerza arrolladora y se estrelló contra mi cuerpo, llenándolo de un dolor insoportable. Caí al suelo, retorciéndome en agonía mientras mi mente luchaba por mantener la cordura, resistiendo el impulso de dejarme llevar por el sufrimiento abrumador.

- Leysa Farrington -escuché una voz familiar pronunciar mi nombre con amargura-. Por fin logré derribarte. Me molesta que acapares toda la atención de Draco. ¡No mereces nada de esto!

Miré hacia arriba, forzando mi visión a pesar del dolor punzante. Era Nox. Sus ojos brillaban con una mezcla de celos y resentimiento. Con un esfuerzo titánico, alcé mi varita y me defendí como pude, lanzando hechizos en su dirección.

- ¡Expelliarmus! -grité, apuntando mi varita hacia Nox. Un chorro de energía roja salió disparado, intentando desarmarla. Sin embargo, ella fue rápida y se protegió hábilmente con un escudo mágico.

- No pensarás que te lo voy a permitir tan fácilmente, Leysa -, replicó Nox con voz desafiante.

- ¿Qué estás haciendo? -jadeé, sintiendo cómo el dolor del hechizo se extendía por mi cuerpo.

-Me estoy librando de lo que me impide tener a Draco en mis manos -sonrió con malicia-. Con un poco de amortentia, todo es posible. ¡Crucio!

Pero Nox no se detuvo. Su furia parecía alimentar su determinación, y lanzó otro hechizo contra mí, haciéndome caer nuevamente al suelo. Intenté arrastrarme hacia mi varita, que se encontraba fuera de mi alcance, pero Nox pisó mi mano con fuerza, provocándome un grito de dolor.

- Eres una maldita sangre pura de alma sucia.

Justo cuando pensé que todo estaba perdido, un hechizo surgió desde detrás de Nox. Ella fue golpeada por un "Desmaius" y cayó inconsciente al suelo. Miré en esa dirección y vi a Pansy parada allí, su expresión llena de nerviosismo.

-Leysa, necesitamos irnos -dijo Pansy, extendiendo su mano para ayudarme a levantarme-. No podemos quedarnos aquí.

-¿Qué haces aquí? -pregunté, sorprendida. Ella me miró con ojos llenos de preocupación y me sostuvo firmemente para ayudarme a levantarme del suelo.

𝑷𝒖𝒓𝒆 𝑩𝒍𝒐𝒐𝒅, 𝑫𝒊𝒓𝒕𝒚 𝑺𝒐𝒖𝒍 | 𝐃𝐫𝐚𝐜𝐨 𝐌𝐚𝐥𝐟𝐨𝐲Donde viven las historias. Descúbrelo ahora