23. Primer encuentro

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𝑳𝒆𝒚𝒔𝒂 𝑭𝒂𝒓𝒓𝒊𝒏𝒈𝒕𝒐𝒏

Mis manos temblaban mientras la tenía frente a mí. Estaba aterrada por lo que Bellatrix pudiera hacerme. Mi mente seguía aturdida, sin comprender del todo lo que estaba sucediendo.

— Leysa, solo cuéntale lo que sabes —me apoyó Draco, sentado frente a mí.

Miré a Bellatrix, ansiosa de darle respuestas.

— Granger no estará allí. Normalmente cenan en la madriguera, pero este año solo estarán los gemelos, Ronald y la menor —Bellatrix asintió—. Suelen cenar a las nueve. Además, esta vez mencionaron un nombre...

Intenté recordar lo que Hermione había dicho, pero habían ocurrido tantas cosas que apenas lograba recordar.

— Entonces, ¿no solo estarán los Weasley? —asentí en respuesta a la pregunta de Bellatrix—. Necesito ese nombre.

— Sí —me quedé en silencio—. Era algo como Re... ¿Remus?, sí, Remus —asentí, convencida.

— ¿Remus? —preguntó de nuevo Bellatrix, a lo que volví a asentir—. Parece que todo está a nuestro favor —sonrió—. Muy bien, Leysa, vendrás con nosotros —se levantó.

— ¿Ella? Yo la acompañaré —intervino Draco de inmediato.

— Draco —su padre lo llamó la atención.

— No, querido —respondió Bellatrix—. Esperarás aquí hasta que termine la misión. Quiero saludar a un conocido y mostrar qué jóvenes se han unido a nosotros.

— Iré —dije, mirando a Draco—. Tendré cuidado para que los demás no me reconozcan.

— Así es —dijo Bellatrix—. Ella no será reconocida por los demás. Vamos, niña, este será el plan...

Me dirigí con Bellatrix. A pesar del miedo que sentía, debía obedecerla. Observé la madriguera y a las personas que serían nuestro objetivo principal.

— Será mañana por la noche, así que es mejor que te aprendas el plan. Y si intentas escapar, ya sabes quién se encargará —hizo una señal, haciendo que me diera cuenta de que Greyback estaría en la misión.

— Lo haré bien, lo prometo —dije nerviosa al verlo.

Cuando ambos se alejaron, tomé los pergaminos y me dirigí a la habitación. Sin embargo, Lucius Malfoy me sujetó del brazo con fuerza para detenerme.

— Te advierto algo. Si no te alejas de Draco, te torturaré hasta volverte loca —me amenazó.

— La tortura es algo a lo que me he acostumbrado —admití—. No le tengo miedo. Además, mi deber es ayudar a Draco. Si quiere que deje de hacerlo, tendrá que decírselo a "nuestro señor".

— Eres una hipócrita —apretó mi brazo con más fuerza—. Te advierto que seré yo quien acabe con tu vida, y puedo hacerlo sin remordimientos.

— ¿Usted? No se confunda. Le tengo miedo a Bellatrix, pero a usted, jamás. Así que si intenta hacerme algo, tenga en cuenta que el castigo será para usted. ¿Aún no comprende lo importante que soy para Voldemort? Si me lo permite, debo prepararme para la misión que se me ha asignado.

20 de Diciembre

Ajusté con cuidado los pantalones que llevaba puestos, asegurándome de que la capa ocultara mi rostro por completo. Mientras lo hacía, sentí la mirada de Draco posada sobre mí mientras él se recostaba en el marco de la puerta.

— ¿Estás segura de que deberías ir? —preguntó Draco con una leve preocupación en su voz.

— Sí, creo que es una oportunidad para que Bellatrix deje de considerarme su enemiga principal. Además, me han pedido que me mantenga al margen del fuego que van a causar —respondí con determinación, ajustando mi collar.

𝑷𝒖𝒓𝒆 𝑩𝒍𝒐𝒐𝒅, 𝑫𝒊𝒓𝒕𝒚 𝑺𝒐𝒖𝒍 | 𝐃𝐫𝐚𝐜𝐨 𝐌𝐚𝐥𝐟𝐨𝐲Donde viven las historias. Descúbrelo ahora