21. La búsqueda de respuestas

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𝑫𝒓𝒂𝒄𝒐 𝑴𝒂𝒍𝒇𝒐𝒚

Una vez que cumplí con el plan, me dirigí a cenar con Leysa para evitar despertar sospechas.

— Es que todos pensaron qué ganaríamos — aseguró Blaise.

— ¿Entonces Ron superó las expectativas de todos? — preguntó Leysa mientras tomaba otra pieza de pollo.

— Sí, lo admito. Aunque solo perdimos por un punto, por un momento pensé que Ronald terminaría humillado sin obtener ningún punto — afirmó Theodore.

— Era obvio que ganarían, tienen a Potter — intervino Blaise nuevamente. — Si Draco hubiera jugado...

— Por cierto, ayer ninguno de los dos apareció ni a la hora de comer ni a la cena, hasta ahora — dijo Theodore, deteniendo su comida. — ¿Dónde estaban? — preguntó con curiosidad, captando la atención de Blaise y Pansy, quienes esperaban mi respuesta.

— Estábamos ocupados realizando la tarea que nos asignaron — respondí con simpleza, mientras Leysa seguía comiendo sin prestar mucha atención a la conversación.

— ¡Oh! ¿Y también pasaron la noche juntos? — preguntó Pansy, lo que hizo que Leysa levantara la mirada. — Claro, trabajando en el asunto que les asignaron. No puedo imaginar qué otra cosa podrían haber hecho — agregó con cierta burla.

— Conseguir ingredientes para hacerle daño a alguien no es fácil — dijo Leysa en voz baja, sin dejar de mirar a Pansy. — Si fuera tan sencillo, te habría asignado a ti. Y sí, en realidad hicimos otras cosas que claramente no tendrías idea — sonrió y volvió su atención a la comida.

Nadie dijo nada. Era evidente su repentino cambio de humor, que me recordaba lo que ocurrió hace un mes con Goyle y Crabbe. Continuamos comiendo, incluso Pansy se mantuvo en silencio, aunque era evidente su enojo hacia Leysa. Seguramente temía que Leysa le hiciera daño, al igual que en su pelea anterior.

De repente, varios murmullos se escucharon en el comedor, lo que nos hizo preguntarnos qué había sucedido. Leysa colocó su mano sobre la mía, y al mirarla, me di cuenta de que ella no me miraba a mí. Siguiendo su mirada, me percaté de que Snape nos observaba fijamente desde la entrada.

— Terminamos de cenar —dijo Leysa abruptamente, sin dar ninguna otra explicación, y se alejó.

Yo la seguí mientras Snape abandonaba el lugar. Nos guió hasta la torre de astronomía, y cuando llegamos allí, él se volvió hacia nosotros.

— Su magnífico plan fracasó —dijo, helando mi sangre.

— ¿Ellos saben que Draco estuvo allí? —preguntó Leysa de inmediato.

— Solo Potter sospecha, se lo dijo a McGonagall —nos miró—. ¿Saben lo que eso significa? —inquirió.

— Por supuesto que lo sabemos —respondí, viendo cómo Leysa caminaba de un lado a otro.

Snape y Leysa parecían comunicarse en silencio, y yo me frustraba al ser el único que no lograba entender lo que tramaban.

— ¿Quieren incluirme en esta conversación? —pregunté con evidente frustración.

— McGonagall mandó a llamar a Leysa. Ronald Weasley la vio paseando por la tienda de dulces, y todos aquí saben que ustedes dos tienen cierta relación —dijo Snape.

— Le conté a Snape el plan y le dije que, si fracasaba, sería bueno que alguien me viera allí. La cuestión es que, si preguntan por qué no estabas conmigo, será porque estabas comprando en la tienda mientras yo esperaba afuera. Cuando regresábamos al castillo, noté que Granger venía con Ron, por eso te abracé, para que notaran la bolsa de chocolates que compraste.

𝑷𝒖𝒓𝒆 𝑩𝒍𝒐𝒐𝒅, 𝑫𝒊𝒓𝒕𝒚 𝑺𝒐𝒖𝒍 | 𝐃𝐫𝐚𝐜𝐨 𝐌𝐚𝐥𝐟𝐨𝐲Donde viven las historias. Descúbrelo ahora