17. Miradas de asombro

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𝑳𝒆𝒚𝒔𝒂 𝑭𝒂𝒓𝒓𝒊𝒏𝒈𝒕𝒐𝒏

Mientras esperaba a Draco en el comedor, sentí las miradas de Ron, Harry y Hermione Granger posadas sobre mí. Parecían querer acercarse, pero algo les detenía. Me pregunté por un momento si temían que les hiciera daño, pero entonces Hermione empujó a Ron, animándolo a acercarse.

Sonreí mientras esperaba que se acercaran.

— No te estamos juzgando —argumentó Ron de inmediato, mirando hacia la entrada—. Solo queremos hablar contigo, pero tenemos ciertos nervios por si tus amigos piensan que estamos molestando.

— Ellos no dirán nada. Diles a los otros dos que se acerquen. Me siento incómoda viéndolos mirarnos así —Ron sonrió y les hizo señas a sus amigos.

— Dijo que no hay problema —confirmó Ron.

— Nos dimos cuenta de tu evidente ausencia en las clases y queríamos saber si estás bien —dijo Hermione sonriendo—. La profesora McGonagall se mantuvo pendiente de cualquier información sobre ti.

— Sí, lamento haberme ausentado esos días por la investigación, pero aparentemente me puse muy mal porque todos me miran mucho, y no creo que sea solo por la presencia de Harry —el mencionado sonrió tímidamente.

— Bueno, no estuvimos presentes durante el incidente, pero se rumorea que Snape te lanzó un hechizo, y eso está completamente prohibido —dijo Harry mientras sus amigos asentían.

— Es difícil de explicar, ni siquiera yo tengo una idea clara de lo que sucedió ese día, pero les agradezco que me pregunten —les agradecí sinceramente por su amabilidad.

— Nos alegra saber que estás bien —dijo Hermione.

— Me enteré de que ambos estarán en el equipo de Quidditch —comenté, desviando mi mirada de Ron a Harry.

— Sí, así es. Esperamos verte allí —asintieron, indicando que nuestra conversación llegaba a su fin.

— Tenemos otra pregunta: ¿estás saliendo con Draco? —Hermione se sonrojó ante la pregunta tan directa de Ron.

— Sí, comenzamos a salir. Ahora creo que sería mejor que volvieran a su mesa, Draco está llegando —les advertí, para evitar que alguien se enojara.

Los tres se alejaron de mí mientras volvía a sentarme, esperando a que llegaran. Draco se sentó a mi lado, mientras Theodore y Blaise se ubicaban frente a nosotros, listos para comer.

— ¿Acaso vi que el trío de zoquetes estaba hablando contigo? —preguntó Theodore, tomando un pedazo de sandía.

— Sí, solo preguntaban cómo estaba. Comparto clases con Weasley y Potter, además, estoy ayudando a los profesores con un proyecto junto a Granger —Theodore asintió, prestándome atención.

— Bueno, tal vez no lo sepas, pero Draco es celoso. Muy celoso —comentó Blaise, provocando que Draco negara con la cabeza.

— Eso no es cierto —lo miré—. Tal vez un poco, pero está bien. No me gusta que sea específicamente con ellos con quienes hablas, lo admito, pero si estás bien hablando con ellos, entonces no hay problema —Theodore miró a Draco con una sonrisa burlona tras escuchar lo que dijo.

— Vaya, hombre, te has buscado una complicación —dijo Theodore después de un rato.

— Ya, déjenlo en paz —dije, mirando a Draco—. Él sabe que me gusta.

Aunque Theodore sonrió ante mi revelación, noté que Blaise miraba a Draco con cierto enojo, pero no entendía si había hecho algo mal. Tal vez temía que nuestro plan se viniera abajo si nos dejábamos llevar por nuestros sentimientos.

𝑷𝒖𝒓𝒆 𝑩𝒍𝒐𝒐𝒅, 𝑫𝒊𝒓𝒕𝒚 𝑺𝒐𝒖𝒍 | 𝐃𝐫𝐚𝐜𝐨 𝐌𝐚𝐥𝐟𝐨𝐲Donde viven las historias. Descúbrelo ahora