CAPÍTULO 12

7.4K 476 49
                                    


Mily

Selló mi boca con mi mano resistiendo la intensidad de sus labios en mi centro todo encharcado, me agarro más fuerte del marco de la cama y muevo mis caderas que se encuentran agarradas por él con una gran firmeza, cabalgando tocó el cielo para luego desplomarme en su pecho.

—El desayuno es la comida más importante del día —dice acariciando mi cadera y ya he perdido la vergüenza por culpa de todo lo que hemos hecho desde que llegue aquí.

—Estoy cansada,Malecay —digo intentando quitarme de encima de él pero me toma de las caderas y me levanta para dejarme más abajo y poder recostarme sobre de él.

—Pues descansa —dice como si nada y yo entrecierro los ojos.

—No lo haré sobre de ti, imbécil —digo intentando despegarme pero me agarra con fuerza.

Maldición, por lo menos falta poco para que me convierta en mujer lobo y por fin pueda darle pelea.

—Que pena, confórmate con lo que hay —mi ojo tiembla.

—Lo dices como si la cama midiera medio metro —digo acomodando mis manos a los lados para retirarme de su inmensidad.

Fallo y me condena a terminan deslizándome por su polla.

—Vasta de descansos, Mily —me dice sonriéndome y yo gimo cerrando los ojos.

—No soy una esclava sexual, Malecay —le digo mientras salgo —, quiero que te graves eso en la frente.

—¿Segura que no quieres que te tatúe eso en los pechos? —explayo los ojos sorprendido y suspirando más agitada.

—Te corto los testiculos —digo agarrandome de su pecho.

—No te creo capaz —gruñe y se le escapa un jadeo cuando hago círculos —, si los defendiste a capa y espada, tanto como para darme tu virginidad —abro los ojos y lo miro.

Sus ojos están en todo de mi, mirándome fijamente, esos ojos rojos que hipnotizan a varias o mejor dicho, a casi todas con las que se cruza.

Le doy una palmada en su pecho y entierro mis uñas si entiendo un fino golpe.

—Para ser el príncipe retorcido te gusta hacer bromitas —jadeo y aumento.

—Haces que en mi pasen cosas que no deberían —dice jalándome para que caiga sobre él.

Me besa y con sus manos me mueve dejándome sin control.

Mierda...

—¿Con que príncipe retorcido..? —jadeo en su boca —, necesitas un buen castigo.

Me desconecto... me vine con él.


****

—¿A donde vamos? —le pregunto mirando hacia los lados.

—Ya lo verás —dice y cuando veo que vamos en dirección a su casa le vuelvo a acomodar en el asiento.

—¿Que tan difícil era decir que íbamos a tu casa? —ruedo los ojos.

—No vuelvas a hacer eso.

—¿Que cosa? Esto —ruedo los ojos.

Cuando menos lo espero tengo su mano en mi cuello atrayéndome a él.

—No hagas enojar al príncipe retorcido, Mily —besa mis labios y me suelta para luego regresar a su postura normals

Me quedo mirándolo como idiota por un buen rato y estoy anonadada por lo que hizo.

LA ACOSADORA DEL REY DEMONIO [#4]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora