LA ACOSADORA DEL REY DEMONIO [#4]

CAPÍTULO 25

Mily

—Tienes que comer —entrecierro mis ojos intentando meterle una cuchara en la boca —, Malecay, come, para ser un hombre gigante y ser el rey te comportas peor que Pável cuando quieres.

—¿Sabes que te puedo torturar en desesperación por tu insolencia? —ruedo los ojos y de forma rápida le meto la cuchara en la boca.

—Vas a comer, aunque sea lo último que haga —lo pellizco y me mira sorprendido, no lo vio venir —, así es, que hermoso te ves comiendo.

—Todo el puto rato desde que desperté has estado detrás de mi para que coma y esta porquería fría.

—Sí, fría, estaba caliente, pero alguien no quiso comer a tiempo, así que te aguantas y no te quejes —sigue sin abrir la boca —. Malecay, no soy tu enemiga, no estoy aquí para hacerte la vida imposible, no vengo departe de nadie y tampoco quiero remplazar a nadie, este es mi rostro y tienes que aprender a vivir con ello, creí que eras un hombre más maduro...

Me quita la comida de las manos y comienza a comer él solo.

—No era tan difícil —suspiro orgullosa.

—Eres una maldita insoportable —ruedo los ojos, lo miro de arriba a abajo mientras come y me quede tan idiotizada que no me di cuenta cuando me recosté en su pierna.

Sus pies están reposando en la cama, tiene las piernas flexionadas.

—¿Muy cómoda? —me aparto y con vergüenza niego con la cabeza.

—No, lo siento —me excuso rápidamente.

—Ya te puedes largar.

—No hasta que termines de comer.

—Pero yo quiero que te vayas, me miras como una acosadora —me mira de reojo y arquea una ceja —, ni siquiera sirves para acosadora.

—¿Perdón? —me hago la ofendida aguantando las ganas de reír.

—Conozco mejores... —golpeó su pierna.

—Seré la mejor acosadora que conocerás —le digo sonriendo ya que no lo puede evitar.

—Como te he comentado conozco mejores —dice comiendo y ni se ha dado cuenta que lo está haciendo.

—Patrañas, te aseguro que soy la mejor —vuelve a arquear la ceja —, ¿acaso quieres te robe los calzones y los huela para demostrarte lo acosadora que puedo ser?

Arrugó su ceño y de repente como un rayo de emociones impacta una carcajada y mierda que me vuelve loca con su risa.

Algo dentro de mi se calentó y este es el único momento en el que no me ha intratado tanto y ha sido capaz de sonreír.

—Te aseguró que la mejor acosadora ya lo hubiera dicho sin tener que pedirme permiso —su sonrisa se apaga y yo trago fuerte —, deberías largarte.

Se cerró otra vez, no puedo hacer nada delante de sus abucheos, no soy nadie que pueda cambiar su sistema y más cuando viene de no sentir nada.

—Está bien me iré, pero estaré detrás de ti procurando que comas, ahora ese es mi empleo y tengo que ganarme la vida de alguna forma.

No espere a que me pudiera responder de manera grosera y me fui de ahí.

Annie me dijo que no necesitaba mi ayuda por el día de hoy, el pequeño Pável estaba donde su abuela.

Más bien iré al aquelarre a terminar de buscar mis cosas.

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Pisar el aquelarre ya no es fatigante, tengo entrada libre al igual que la salida gracias a Tina.