CAPÍTULO 23

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Mily

Tarde casi cuatro horas hablando con Annie, me dio más de cinco abrazos y su frase más repetida fue "si pudiera decirle a mi hijo quien eres lo hiciera" eso me dejo un vacío en el pecho pero yo negué sonriendo.

Me contó que ella vivía en el ala contrario a la habitación de Malecay y con una sonrisa pervertida me dijo que ubicaría mi habitación en su ala, le dije que su hijo le preguntaría el porqué y ella me respondio de que tiene la habitación de Pavel al final de su ala y la suya está al final solo para que su hijo no escuche los ruidos que hace con Dereck.

Me sonroje y me puse nerviosa a lo que ella rio, me dijo que como él no hace ninguna actividad sexual su ala iba a ser muy silenciosa.

Además de que me dejara como empleada presta para servirle a él, eso sería una excusa para acercarme cuando quiera a insistirle en sus cuidados, ya que aunque un demonio pueda durar muchos meses sin comer se debilitan por su lado pequeño inmortal pedazo gracias al primer rey.

Como madre ella lo obliga a comer, pero él es muy terco.

Y hablando aparte, me contó que aunque no haya guerra ni malos tratos con las manadas porque son familia le pidió a Dalton que no dejara entrar a nadie porque el olor a hombre lobo lo hacía recordarte, pero como está acostumbrado desde que nació al olor de su madre no hay problema y su hermano es hombre así que lo descarta.

Ya era tarde, ya bien de noche y Annie ya había acostado a Pavel en su cama, el cual si tiene más necesidad de dormir, Annie me dijo que le aterra que si su lado demoniaco se consume tan rápido de pequeño sea intenso igual que Malecay cuando eran pequeños niños, ya se había acostumbrado a la mediana tranquilidad de Pavel.

Cuando voy por los pasillos me congelo y siento un escalofrío.

—Mila Waldorf, sabes mi hijo siempre resalta que es mejor que yo, pero le faltan décadas para poder superar a su padre medianamente —me giro lentamente para encontrarme con Dereck cruzado de brazos —, ya no tienes necesidad de narrarme las explicaciones fui al reino de las brujas y resolvimos algunas acusaciones y pleitos, pero ya sé con mejor certeza que mi intuición es perfecta —se acerca a mi hasta quedar a un metro de distancia —, al parecer sacaste a mi hijo de un vacío para meterlo a otro peor, fingiré que no te conozco por el bien de tu bienestar, te iba a ofrecer mi ayuda para recuperar tu vida pero Axel Griffin me recalcó que él se encargaría.

—Muchas gracias, señor, he pasado por tanto que de verdad me estoy ahogando yo sola, no puedo creer que todos poco a poco se hayan dado cuenta quien soy menos su hijo.

—Tu esposo... —niego con la cabeza sintiendo la punzada de dolor.

—No... la barrera rompió el lazo así que no soy la reina —mi tío Dereck me sonríe.

—Sí, eso es cierto, pero una reina siempre lucha por los suyos y tú tienes apariencia de que lucharás por él y por todos —se va dejándome sola en el pasillo.

Suelto un suspiro y solo espero contar con suerte con mis padres y que me reconozcan.

Voy hacia el ala derecha y la penumbra es grande, el frío se siente y todo es opaco y oscuro, tétrico como el alma de Malecay.

Camino a paso lento apretando mi mochila con fuerza.

Al llegar a la habitación de al lado de la Malecay tomó la perilla y la muevo suavemente para no hacer ruido, entró con cuidado a la habitación y cierro la puerta, todo está en penumbras así que busco el bombillo que por obvias razones ya sé dónde está —al lado de la puerta —cuando lo iba a encender me sobresalto.

LA ACOSADORA DEL REY DEMONIO [#4]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora