CAPÍTULO 8

6.2K 440 56
                                    


Mily

—Yo... no —digo y el arquea una ceja sonriendo.

—¿tú no? Está claro lo que viniste hacer... —avanza y yo intento retroceder pero me tropiezo cayendo de lado, por suerte y desgracia caigo en la cama...

Como la mierda que estas camas son sabrosas, esta es igual o más sabrosa que la mía, ¿acaso duerme aquí si quiera? Se siente como nueva, la mía se nota que Martina la ha usado varías veces.

Cuando se aproxima hacia mi es como si una fuerte tormenta estuviera apunto de arrasarme, ese intenso sentimiento que hace que mi corazón se aloque y que la adrenalina se suba gracias al temor.

Como un maldito devorador de almas, y en su caso es literal, coloca sus manos a los lados de mi cara y se aproxima teniéndolo extremadamente cerca.

Un monstruo incomprendido, sin sentimientos que solo ama intimidar a la gente y hacerla sentir inferior.

O por lo menos así me siento yo.

—Debería despedazarte —es lo único que dice para luego terminarse de aproximar y besarme.

Otra vez después de cinco años, sus labios tocan los míos y esta vez es como si me estuviera sacando el alma en el proceso, estoy paralizada por la impresión mientras me dejo besar por él, cuando toca mi cadera y la acaricia con mi pulgar es lo único que tiene que hacer para que de repente seda ante su beso, comienzo a mover mis labios con los suyos y cuando intento tocarlo toma mis manos y las coloca arriba de mi cabeza mientras las toma con firmeza.

No me esperaba que esto pasara y tampoco me espere lo siguiente.

Sus labios mordieron con fuerza mi labio inferior y el explosivo sabor a metálico ataca mi boca, explayo los ojos; no fue un dolor tan Grande y agresivo, pero si se sintió.

—Qui...—intenté hablar pero siguió besándome, para después pasarme la lengua por el labio inferior.

Ya mi labio se curo por completo, frunzo el entrecejo enojada mientras lo miro con pequeñas manchas de mi sangre en sus comisuras, se las lame y me sonríe.

—Un jodido vicio, estás jodida Mila, me espere todo menos sangre... pero tienes un sabor muy dulce.

—Jodido... —me sacudo pero me detengo cuando se aproxima otra vez.

—Jodida estás tú, acabas de jugar ligeramente con el príncipe del infierno, y tiene muchos planes interesantes, no importa cuánto tarde, he caído en un jodido hueco profundo pero te arrastrare conmigo a mi muerte —besa mi frente y cuando espabilo estoy recostada en mi cama.

Salto de la cama y miro hacia todos lados, me agacho frente a la mesa de noche y no hay... ¿y la mini puertita? —¿estoy quedando loca?

Me tuve que haber dormido y termine teniendo de esos malditos sueños donde sueñas con cosas reales y no fustigues ni mi mierda.

Me miro en el espejo y suspiro, por suerte no pasó ni un carajo con ese loco que se cree mr profundo.

Toco mis labios y no se sienten hinchados y esa es la última prueba para comprobar que estar pensado mucho en él iba a activar algo que estaba mal en mi.

Bajo mis humos o por lo menos lo intento pensando en aquella vez que lo vi en el reino de Deseo, pero realmente no con ese recuerdo puedo adquirir esa sensación de desilusión otra vez, mierda, me baño con agua fría para olvidar todas las estupideces que pensé.

Más tarde ya estábamos en la cafetería cenando con las chicas, pude olvidar por un rato el sueño que tuve, pero cuando íbamos a subir las escaleras otra vez y él estaba hablando con sus amigos al pie de su lado de las escaleras al inicio de la división, sus ojos chocan conmigo y me tenso nerviosa.

LA ACOSADORA DEL REY DEMONIO [#4]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora