EPILOGO

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Mily

Estar enojada se queda corto, fue extremadamente lindo que por su propia voluntad haya querido revivirme, ¿durar tres semanas, cuatro días y veintitrés horas para hacerlo?

—¿Mily? —me llama Malecay mientras me acaricia las piernas.

Estamos en el sofá de su habitación viendo una película de miedo, me encuentro sentada en sus piernas, pero no por mucho.

—¿Sabes que?, me voy a dormir —me intento levantar pero me sujeta más fuerte a sus caderas evitando que me levante.

—Hace menos de nada estabas gimiendo porque te tocará —arqueo una ceja y lo miro enojada.

—Hace menos de nada no te había dicho que te amaba por revivirme al poco tiempo de saber quien soy y me dijeras que duraste tres semanas, cuatro días y veintitrés horas para hacerlo —ahora la ceja arqueada es de él.

Me toma de la nuca y me acerca despacio a su boca.

—Como siempre tan explosiva, no dejaste que terminara —pasa su mano por mi entrepierna y la acaricia.

El sentimiento de piel con piel me altera recordándome que estoy en ropa interior.

Me levanto con rapidez tragando saliva, ¿cuánto tiempo ha pasado desde que reviví?, bueno, ha pasado una hora y estoy emocionada por ver a mis padres otra vez, pero no puedo ser demasiado acelerada, de vez en cuando me dan pequeños mareos y estoy súper sensible al ruido y otras cosas.

Axel me había dicho que sería normal, que me iba a ir adaptando y que descansara e hiciera lo que más me gusta para que mi cuerpo se adapte a las reacciones nerviosas de la felicidad.

La cosa es que, estoy súper sensible de allá abajo, y la lubricación es como el doblo de lo que producía antes, no sé si es por sensibilidad o porque Axel no configuro bien algunas cosas.

Otra cosa que vi cuando me estaba inspeccionando en el baño es que soy Virgen otra vez.

Me sentí asustada cuando me vi, o sea que carajos, sangre y sentí el primer ardor del rompimiento y no es como que quiera sentirlo otra vez, por eso ando a la defensiva, pero por un momento me iba a dejar llevar y perderla ahí mismo en el sofá, pero luego me dijo que me revivió a las tres semanas, cuatro días y veintitrés horas.

Se suponía que me amaba mucho, no me superaba y no le entraba en la cabeza ninguna otra vieja, estoy presintiendo que es bipolar la verdad o seré yo la bipolar ahora que tiene que aprender a controlar los nervios y el cerebro, no tengo ni idea lo que si sé es que se siente un poco extraño todo, tengo miedo, tengo ansias, rabia y felicidad, oh, soy yo la bipolar.

Mierda, maldita mierda, no es lo mismo crecer con un cuerpo toda la vida a que te lo den de sopetón.

Siento sus manos en mi cintura cuando estaba apunto de tirarme al colchón.

—¿Acaso estas actitudes tuyas son señales para que te reconquiste? —besó mi cuello y por inercia se me escapa un jadeo —, ¿lo ves? Tu cuerpo sabe que eres solo mía.

—¿Que pensabas cuando no estabas conmigo? —me giré para verlo a los ojos y su expresión se volvió seria otra vez —, dime...

LA ACOSADORA DEL REY DEMONIO [#4]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora