3 PARTE DOS

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Mily

Paso lo mismo de siempre en el instituto hoy lunes, regaños de los profesores, charlas con mi mejor amiga recostadas en el árbol, como más de doscientas miradas hacia Malecay y cuando estábamos en la cafetería que me aleje de Sara para acercarme a Malecay y como reaccionó igual que siempre o sea, largarse de la cafetería lo seguí y aproveché para sacarle conversación contándole las porquerías que dan en la cafetería.

—¿En serio? Pues no me interesa cuando no consumo sus alimentos desabridos —empuñó los labios y sonrió ignorando ese comentario.

Terminamos llegando hasta la parte de atrás del campus donde hay un hermoso jardín completamente solo.

—¿No deberías encaminarte a clases? —me dice y yo me encojo de hombros.

—Tú también y sin embargo estás aquí —se lleva una mano al puente de la nariz y aprieta la mandíbula.

—Deberías irte de aquí Mila —dice serio pero yo niego con la cabeza y le sonrió.

—Deberías aceptar que yo siempre estaré ahí... —me callo cuando soy estampada contra el primer árbol cercano.

Los ojos rojos de Malecay están casi que negros de la dilatación y su respiración se agita, su mano rodea mi cuello como un collar mientras aprieta levemente... como si se contuviera de hacer más fuerza.

—No deberías de pisar terrenos baldíos Solá, no tienen ni idea de la clase de monstruo que podría cortar tu garganta —sus labios están a pocos centímetros de los míos y siento su respiración que agita.

Un apretón en mi entrepierna me remueve, y en lo único que me concentro es en cada puta palabra que me lanza y en lo loca que me está volviendo.

Se aparta de mi y me suelta de repente y se va como si nada, como si se hubiera recordado que tenía que mantener el control.

Eso fue esta mañana, ahora... pues, me escape de mi casa y estoy cruzando el portal al inframundo, todavía me estoy decidiendo si ir directamente por la entrada principal o buscar otra entrada pero está claro que con la cantidad fuerte de demonios qué hay rondando no podré colarme de ninguna manera, me matarían por intrusa.

De igual formas tengo tiempo ya que corrí como una puta loca hasta aquí y el trayecto no es corto pero tampoco súper largo, lo suficiente como para que ahora esté cansada.

Así que decido ir por la parte delantera de la casa pero cuando estoy apunto de llamar a portería para que se me abra las rejas veo la silueta de Malecay aparecer fuera de las rejas, revisa su teléfono y yo me escondo.

Se supone que este collar que me dio la bruja que se encarga del portal me ayudará a ocultar mi aroma... trago saliva y me asomo para darme cuenta que esta saludando a sus amigos...

Los veo caminar así que voy detrás de ellos, sin que se den cuenta que los sigo, he estado perfeccionando mis agilidades para acosar y con el bullicio de la noche aquí es más fácil ocultarme.

Caminan y caminan y estoy apunto de tirarles un zapato para que frenen, porque ya estoy cansada, cuando escucho un gemido... salgo de mi escondite detrás de un árbol y me asomo para darme cuenta de que hemos llegado al reino del duque Erodys, trago saliva cuando mis ojos comienzan a desvirgarse com todas las escenas malditamente retorcidas.

Gritos de placer retumban por mis oídos y solo espero que no me descubran o mi madre se encargaría de torturarme por un buen rato hasta que me aprenda todas las oraciones hacia la diosa luna.

Según escuche una vez, su madre le tiene prohibido este lugar por su edad, ¿que carajos? Es como un desobediente sexy.

Mi entrepierna se aprieta y trago saliva.

LA ACOSADORA DEL REY DEMONIO [#4]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora