REY RETORCIDO

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Actualmente

Recuesto mis pies en la mesa aburrido, un año en el que no he podido tocar a Mily, me martirizo diario viéndola desde un nuevo truco que aprendí, me tocó soportar la cara de fastidio de mi padre para pedirle que me enseñe la mayoría de cosas que sabe.

Gratificante fue su expresión cuando invadí la cabaña de mi madre mientras tenían su sección de besos.

Sorpresa que me lleve cuando vi a mi madre embarazada, al parecer lo pudieron lograr, entonces básicamente ahora soy el hermano mayor.

Así que la única forma de olvidarme de Mily fue visitar a mi hermano pequeño a cada rato, a diferencia de mi hermano si es mitad lobo, así que mi madre convenció a mi padre para que mi hermano viva su infancia en la manada capital, claro que no quiere decir que no va a hacer pequeñas visitas al inframundo porque tiene que aprender de nuestras costumbres.

Las ansias ver a Mily me comen por dentro, no voy a espiarla porque no quiero que todos la vean y no tengo ni idea si estará en la ducha o haciendo otro tipo de cosas, como aquella vez que la pille masturbandose en el baño, tuve que tomar toda mi fuerza para no partir algo por no poder estar allá.

Mi puta polla ha estado en huelga conmigo porque no se levanta por voluntad propia, solo sucede cuando la estoy viendo, es que ni siquiera cuñado pienso en ella, porque mi mente me castiga a tener que espiarla solo para poder tener una maldita erecion.

Tengo que esforzarme más para poder romper con un tipo de magia como la de Tina, lo que si es que estoy casi lográndolo.

Aunque mi padre no perdió la oportunidad para reírse de mi porque una vez le había dicho que nunca iba a necesitar su ayuda, fueron mentiras mal pensadas.

—¿Otra vez mirando lejos? —me cuestiona Maxu.

—Anda pensando en el culo... —Alestey me fastidia como siempre. Mi mirada sale disparada a la suya y las ganas de disparar mi puño a su cara aumentan —, el culo de Ulzur, no te pongas a la defensiva, mi princesa, o cierto, ahora es mi reina.

—¿No has encontrado a quien meterle el pene todavia? —bramo aburrido.

—Desgraciadamente no —dice Elkay y Ulzur finge un suspiro —, todavía no he encontrado esa chica que sea digna de mi polla.

—Vaya, estoy seguro que vi un altar de tu pito en el lado oeste de la mansión —dice Ulzur, Elkay se asombra y sonríe.

—¿Seguro imbécil? Porque si haces que me levante por nada cuando llegue te partiré la cara y te meteré ese pene por el culo —dice Elkay y le señala al demonio que tiene que tener una medida de cuarenta centímetros.

—A ver inténtalo y te partiré la cara contra el piso —amenaza Ulzur sacándome los dos dedos del medio.

—Inténtalo perra, mi cara es tesoro infernal —amenaza Elkay, cuando se iban a levantar con mis manos los presiono contra el sofá.

—Dejen de llorar —les digo aburrido —, me voy de esta mierda.

—Uhh, se enojo —dice Maxu riendo —, que no te escuche tu tía Erodys porque no creo que esté feliz escuchado como le dices mierda a su maravilloso hogar.

Lo ignoro y me largo de ahí.

Decido caminar hacia el castillo, la aburrición me inunda así que acelero el paso porque me estorba la voz de los demás.

—¡Malecay! —gritan a mis espaldas —, ¡Malecay soy Xiz!

Me giro y la miro correr hacia mi asustada, desesperada más bien, aparezco frente a ella asiendo que deje de correr.

LA ACOSADORA DEL REY DEMONIO [#4]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora