MilyUna semana después de la caída de Mily
—Déjame intentarlo —le quito la lanza y se la lanzo al primer pez que veo y fallo.
—Llevas dos horas intentando y no has agarrado nada, ya he atrapado la cena de hoy ríndete —me dice Eli peinando su cabello mojado.
—No hasta que atrape uno —me mira cansado —, venga uno solo.
—Bien, uno solo, recuerda que tienes clases de magia negra después y entre más tarde comencemos más tarde terminamos.
—Ok...
Pongo la lanza en posición la suelto y...
—¡Lo atrape! —digo emocionada enseñándole el pez que pude atrapar.
—Bien, ya podemos iremos —dice Eli y yo ruedo los ojos.
Cuando entramos a la casa y prendimos la pequeña parrilla que tiene Eli, con magia él prende fuego, solo para intentarlo pase mi mano sobre el fuego y lo apague con aire.
—Vaya, ¿acaso no quieres comer? —apartó mi sonrisa de victoria por mi logro y lo veo para negar con la cabeza.
—No, no, solo quería intentar.
—Si intentas otra vez, comerás hasta que lo prendas tu —dice con una ceja arqueada para después sonreír —, lo hiciste muy bien.
—Gracias —digo contenta.
Eli vuelve a prender el fuego y si... ya puedo manejar el aire, en pocas palabras me he condenado al foso de lava y una vida de miseria, no sé cómo le haré pero tengo que demostrarle a Malecay quien soy antes de que me maten o muera.
Preparamos los peses y los ponemos en la parrilla para luego comenzar a fritarlos, cuando ya estuvieron listos, picamos las frutas juntos y organizamos la comida en platos, hubo mucho silencio tanto que que hasta terminamos de comentar y todavía nadie decía nada.
Estábamos sentados uno al lado del otro en la cama y el silencio reinaba.
Con un movimiento rápido sus dedos terminan en mi mejilla llevándo mi cara hacia sus labios.
El beso nunca llega porque me aparto tan rápido que sus labios no tocan los míos.
—Vamos Eli, no te dejes guiar por emociones imbéciles —le digo echándose hacia atrás en el colchón —, tengo novio, y me duele haberlo dejado.
—¿Que? —me pregunta sin entender lo tan obvio y claro que le dije.
—Que tengo novio, Eli. Tú y yo no podemos estar juntos.
—¿Sabias que a estas alturas ya ha de creer que estas bien muerta? Aquí puedes hacer lo que te plazca sin que nadie te juzgue porque solo somos tú y yo.
—Solo dices ese diálogo para poder follarme, y por lo que sé tienes que ser virgen, pero relájate, no vayas a entrar en el nervio de querer meter tu pene en un agujero —me mira con seriedad y me arquea una ceja.
—No estoy desesperado Mily, sí, nunca he metido mi pene en un agujero y no conozco a nadie más que tú desde hace muchos años, caí aquí cuando era muy joven pero a la edad que tenía supe muy bien que es lo que te guste una chica y no, no me gustas porque quiera meterte mi pene —dice remar ando esa parte —, me gusta por tu forma distinguida de ser.
Me quedo callada un momento, pero luego respondo.
—Eh... lo siento, pero de igual formas ya sabes que tengo novio y lo que tenemos no puede funcionar, a mi me está esperando él allá arriba y tú madre tiene que estar igual, ¿no te gustaría verla otra vez?
Me coloco de pie y camino hacia la salida, su voz me detiene.
—No podrías acercarte a tu novio como Mily, recuerda que eso ya terminó, y si lo haces puedes morir incinerada de adentro hacia afuera y no creo que quieras eso, eso sería peor —lo veo colocarse de pie e ir a la hamaca —, de igual forma, aunque me hayas dicho lo que me hayas dicho, lucharé porque me aceptes algún día —se gira a verme y me sonríe para luego tirarse en la hamaca —, recuerdas que nueva cara nueva vida y estoy dispuesto a estar en este nuevo rumbo de esa vida, y cuando salgamos de aquí seguirás muy enamorada de mi.
—Sigue teniendo fe —le digo simplemente para luego salir de ahí.
Un piquete de rabia y dolor me golpea cuando mi cabeza se inunda del pensamiento de que no podré estar con él, ni siquiera con mi propia familia.
Me siento a la orilla del Río y suspiro.
Creo que tendré que mejorar mis habilidades en magia negra si los quiero volver a ver lo más rápido posible.
****
Seis meses después de la caída de Mily
Un beso en mi cadera me despierta, seguido de otro que va más a mi entre pierna que me hace incorporarme y elevar mis alertas.
No tengo ni necesidad de abrir los ojos porque ya sé quien es, así que levanto a Eli por los aires y los lanzo a fuera de la casa.
—Haces ese atrevimiento otra vez y practicaré el nuevo truco estrujando tus bolas.
—Quiera que las estrujaras de otra forma —lo vuelvo a empujar al piso y se queja del dolor —, relájate Mily.
—No puedo cuando llevas seis meses intentando meterme el pito, para la próxima te lo arranco para que no tengas esa necesidad —rueda los ojos y se coloca de pie y me hace señas para que me acerque —, ¿que quieres?
—Ven.
Me rindo y salgo de la casa, cuando mis ojos topan todo lo que veo explayo los ojos por lo lindo que se ve.
Todo el campo está lleno de tulipanes rosa, apago mi sonrisa y arqueo una ceja.
—No me impresionó —muevo mi mano hacia el frente y la desplazó hacia un lado haciendo que el otro trozo de campo se llene de flores idénticas pero azules —, lo aprendí yo sola, como algunas otras cosas.
—Tanto quieres salir de aquí que aprendes por tu propia cuenta...
Dice en voz baja y yo asiento.
—Entrañó a mi familia, y no es que me desagrades es solo que eres intenso con eso del sexo, si quieres te puedo presenté a alguien cuando estemos allá arriba.
—No me rendiré contigo Mily... —ruedo los ojos y me llevo una mano al puente de la nariz.
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LA ACOSADORA DEL REY DEMONIO [#4]
Kurt Adam¿La hija menos perfecta de un rey beta podrías conseguir el amor de un príncipe demonio?, pero sabiendo que esta chica lo acosa en las sombras y vive por saber de su vida... una pequeña obsesión que yo me planteo a ver como sana cuando no lo es. Pe...