CAPÍTULO 14

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Mily

Miro como a lo lejos se va perdiendo el auto de papá. Estoy de vuelta en el internado y después de esta semana las cosas son totalmente diferentes, llegue hoy sábado al internado y claro, no está tan lleno a causa de que en su mayoría regresarán el domingo.

Miro las grandes puertas del internado y suspiro, no me he transformado aún..., pero se supone que es hoy.

Hoy cumplo años... suelto un suspiro.

—Feliz cumpleaños, tomatico —dice Malecay de repente a mi lado.

A veces olvidó que se teletransporta y aparece en todos lados. Sus manos me toman de la cintura y me atraen.

Estos dias fueron muy activos.

Como aquel jueves en la mañana...

—Estoy aburrida —digo haciendo pucheros mirándome en el espejo del baño —, me gustaría estuvieras... —de la nada aparece Malecay detrás de mí —. Aquí... eso fue rápido.

Me giro y nos comenzamos a besar, ¿qué pasó después? Una ducha larga y muy relajante.

O ese mismo día en la noche...

—Te han dicho que tu cabello huele delicioso —me desperté explayando los ojos y cuando intento moverme tengo el cuerpo pesado de Malecay abrazando mi cuerpo contra el suyo —, puedes continuar durmiendo —besa mi cuello.

Me giro y le hago caso, realmente tenía sueño y su cuerpo era lo suficiente cómodo y agradable como para no dormir.

O al día siguiente en una cafetería con las chicas.

Le han visto el culo a esa chica —dice Cari haciendo puchero —, me avergüenzo de mi trasero.

—Tienes que dejar de hablar del culo... —aparece Malecay a mi lado haciendo que nos sobresaltemos.

—No deberías hablar del culo de otro —me tomó de la muñeca y para cuando vuelvo a espabilar estoy en su habitación.

—Hablaban del culo de una chica —golpeé su hombro y me tomó del culo, nos tiró juntos a la cama.

—No me importa el género del culo, solo puedes hablar del mío —entrecierro los ojos y gimo cuando siento el apretón en mi trasero —, necesitas un castigo por eso.

Trago saliva y me fui preparando psicológicamente para lo que se viene.

Y bueno, hoy sábado ya estamos de regreso en el internado, la diferencia es que ahora somos novios.

Malecay y yo caminamos por la entrada del internado hacia la mansión.

—¿No sería más fácil si nos teletransportamos hasta mi habitación? —digo cansada de arrastrar mi maleta. Y prácticamente hablando a través de mi flojera.

—¿Acaso olvidas que Aza me tiene prohibido teletransportarme? —ruedo los ojos y el cansancio me ha hecho olvidar eso —, pero has mencionado tu habitación —me quita las maletas y las lleva por mí —, después del monitoreo.

Solo dijo eso, no dijo nada más y cuando estaba apunto de preguntarle qué significaba eso, gritan mi nombre.

—¡Mily! —es aquella chica; Xiz, la mejor ayuda con mis dones de bruja. Corrió hacia mí y me abrazó —, ¿leíste el libro de bruja para practicar? —le sonrió apenada —, ¿por lo menos lo ojeaste? —sonreí más —, eres un caso, tendremos que afianzar tus conocimientos.

Si a estudiar el libro de bruja se refiere a brincar sobre... Male... entonces me lo sé de memoria.

—¿Me escuchas? —me chasquea los dedos en la cara —, ¿y que hace él aquí? —me dice al oído refiriéndose a Malecay que lleva mis maletas —, ¿no que te cae mal y que querías practicar un maleficio para él?

LA ACOSADORA DEL REY DEMONIO [#4]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora