Por un minuto, él permanece allÃÂ, parado, con los labios entreabiertos y los ojos empañados. Yo me encuentro a solo unos metros de distancia de su cuerpo, tratando de asimilar sus palabras.
Tardo un par de minutos hasta lograr articular algo.
- ÿQ-que?-tartamudeo. Avanzo un paso en su dirección pero me detengo, pues prefiero dejarle su espacio en estos momentos. Por lo menos, si la situación estuviera invertido, yo querrÃÂa que él hiciera lo mismo-. Eso no es posible.
Asiente, con la cara distorsionada por el dolor causado por la perdida.
-Lo es-arrastra sus pies hasta mi para finalmente envolverme con sus brazos-. Ella está muerta-aquellas palabras suenan sinuosas de comprender gracias a su voz ahogada-. No volverá.
-Hey, Harry, Harry-lo tomo por la cara para obligarlo a observarme a los ojos. Todo él está más pesado de lo común-. Tranquilo, ÿsÃÂ? vamos a sentarnos en el sofá.
Lo conduzco unos centÃÂmetros hacia su izquierda para tumbarlo en el sofá en el que hace solo unos minutos, estaba sentada, con una taza de té caliente y el mando a distancia en la otra mano, lista para comenzar el maratón de Harry Potter. Ahora, este asiento de quien sabe que material solo carga a dos almas desconsoladas. Si, dos, porque la noticia está comenzando a afectarme a màtambién.
Rodeo su ancho cuerpo con mis brazos, sintiendo como las lágrimas calientes provenientes de sus bellos ojos atraviesan la fina tela de la bata y me humedecen la piel. No me importa. Pronto, aquel lloriqueo silencioso se convierte en sollozos que delatan su inmenso dolor y mi mano se dirige automáticamente hacia su cabello, acariciando de la manera más consoladora posible.
-No lo entiendo, ÿsabes? estaba tan bien y ella solo...No estoy listo para dejarla ir Sky, ÿcon mi madre no era suficiente?
Un conocido picor me llega a los bordes de los ojos, anticipando las lágrimas. Sin embargo, hago acopio de toda mi fuerza interna para reprimirlas, pues lo que Harry necesita ahora es un apoyo, no alguien con quien llorar.
-Harry, cálmate-musito en su oÃÂdo, aunque sé que pueda resultar inútil; aquellos sollozos tan ruidosos me pegan en el alma de una manera tan profunda que al menos hago el intento de calmarlo, para no decaer junto a él-. Tú la amas, ÿverdad? SÃÂ, claro que lo haces. ÿQuieres lo mejor para ella, no? Claro que lo quieres y es por eso que debes tranquilizarte, ÿo crees que se sentirÃÂa orgullosa de encontrarte llorando?
Mis palabras tardan en causar efecto sobre él, pero lo causan y, poco a poco, los sollozos se convierten en sorbidos de nariz y aquellos sorbidos, en respiraciones cada vez más normales.
Por acto de reflejo, mis ojos se dirigen a la mancha azul que percibo por el rabillo del ojo. Es Beth, observándonos preocupada desde la escalera. Quito una mano de la espalda de Harry para hacerle ademanes que sugieren ''te contaré todo luego'' y después un ''vete ya''. Ella asiente suspicaz pero obedece.
Cuando me concentro nuevamente en la persona que tengo entre los brazos, reparo en la especie de charco de agua que tengo entre el hombro y el brazo izquierdo; Harry ha llorado demasiado.
- ÿBien?-pregunto, con la mejor intención posible. Cuando levanta la cabeza y nuestros ojos se encuentran, las lágrimas han cesado bastante, aunque el alrededor de los ojos aún esté rojizo-. ÿQuieres un poco de té? Quizá ayude.
-Está bien-acepta y se acomoda mejor en el sofá, de modo que ambos estemos cómodos.
Dejo el mando a distancia sobre uno de sus muslos para que pueda escoger el canal que quiera sintonizar y me dirijo a la cocina para preparar otro té. El agua se ha enfriado un poco y debo poner a calentarla nuevamente.