Capitulo #20

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No puedo observar otra cosa más que la abrazadora mirada que le dirige Harry a Kyle. El último no parece sorprendido ni de cerca por la propuesta de Harry y antes de que pueda si quiera recomendarle que no acepte, ya está acomodándose los guantes para luchar.

El profesor Tremwood nos hace ademán a las demás chicas para que nos apartemos del ring, más que por la pelea, por la ira que desprenden los ojos de Harry, que dan a la impresión de que podría atacar en cualquier momento.

Ninguna chica si quiera duda en alejarse menos de cinco metros del lugar, mientras que yo apenas soy capaz de mover los pies; estoy tan acostumbrada a estos confortamientos que tener miedo a estas alturas resultaría infantil.

George Tremwood hace de 'arbitro'—si es que así se le llama—; se coloca a un borde del ring y les recuerda algunas reglas a los chicos. Ni Kyle ni Harry parecen molestarse en escuchar a su propio profesor, están demasiado absortos en observarse fijamente con rabia inminente.

La situación me recuerda a las peleas de gatos, donde estos se comunican en mudo de modo que solo ellos entienden su enojo, solo ellos dos.

Me pregunto cuál será la rabia que mantiene a estos dos chicos tan encendidos.

El silencio del profesor es como un silbato que da inicio a la pelea. Harry propina a Kyle un golpe seco sobre el pómulo, que resulta victorioso a la defensa fallida del otro. Sin embargo, el mero golpecito parece haber despertado más ira en Kyle Stanford, que se apura a encajar dos puñetazos sobre el costado de Harry.

Me cuesta mucho seguir viendo a partir de un Harry golpeado; es como una reacción automática que tengo que, cuando veo a ese chico con un mínimo rasguño, me entran ganas de pelear.

Linn Dallas y Mila Swarovsky están más concentradas de lo que pensé, aunque tampoco puedo comprenderlo. 
¿Por qué les interesaría tanto ver algo así?

Entonces recuerdo que esto no es una visita al gimnasio. El objetivo de ver como Harry y Kyle se parten la cara es el de poder imitar y, si me guío por la concentración de mis compañeras de grupo,  dudo que vayan a dejarme menos que un labio partido.

Cuando vuelvo la vista hacia la pelea, el profesor Tremwood está sobre Harry intentado apartarlo de un Kyle casi muerto. El otro sigue asestándole puñetazos en la espalda, hasta cuando su oponente no hace más que vomitar hilas de sangre.

La voz del profesor, repitiendo '¡Styles!''¡Styles!' no son más que palabras incitándole a seguir. La profesora Chiyoko se sube al ring para ayudar al otro, pero sus intentos son indiferentes. 

La sangre me marea, como en toda mi vida lo ha hecho. Mi desesperación es tal que cuando menos me doy cuenta, estoy abriendo la boca.

— ¡HARRY!

Todo se detiene por un segundo: El profesor, los ruidos, hasta el propio Harry; mi grito debió de sonar demasiado fuerte. Harry observa sus manos todas rojas de sangre, como si despertase de un mal sueño, mientras el profesor lo agarra fuertemente por los hombros y lo echa hacia atrás, para concentrarse en el chico inconsciente que hay sobre el piso.

La situación es idéntica a la de la fiesta, solo que Kyle Stanford no hizo nada malo.

Chiyoko sale disparada del gimnasio, a la orden de George de llamar a la enfermera Gillies y al director Frankleton. Harry esta medio tumbado, justo en el lugar donde lo dejo el entrenador; parece sorprendido de sus actos. Quiero de alguna manera, acercarme y asegurarle que todo estará bien, más allá si esa sea la verdad. De todas formas, apenas el director aparece con la enfermera a su lado, se nos pide descortésmente a todas las chicas que salgamos del gimnasio.

KeeperDonde viven las historias. Descúbrelo ahora