Sky
Sentir sus labios es reconfortante. Tan pronto como siento su contacto, las caricias que ejercen sus labios sobre los míos y esa ferocidad con la que me agarra por mis costados, siento que no puedo enfadarme, ni siquiera puedo pensar con claridad. Me guía envuelta por sus fuertes brazos hacia mis espaldas, justo hasta una helada pared que me hela los músculos dorsales. Sus manos se aferran a las mías tan pronto como intenta enlazar nuestras lenguas; es una sensación increíble. Mis manos terminan sobre mi cabeza y comienzo a sentir la intensidad que nos une, que nos enciende.
¿Podría decir que este es Harry Styles? No puedo afirmarlo con claridad.
Entonces, mi uso de la razón reacciona. No puedo besarlo y perdonar de esta manera después de haberme cerrado las puertas había su cabeza; Harry se negó a decirme una sola palabra acerca de Jade Willand y los supuestos rumores de abuso. No podría continuar con el sin antes saber eso.
No puedo perder la dignidad de esta manera.
Tan pronto como estoy segura de conservar la cabeza, muevo un poco los brazos para soltarme de su agarre, pero él es tan fuerte que me resulta imposible liberarme. Le muerdo la lengua y entonces se ve obligado a separarse. Tiene la mirada perdida y mientras más respira a esta corta distancia de mí, mas noto que además de su insensatez, desprende un terrible olor a alcohol. De hecho, todo su aliento, ropa y hasta su cabello, huelen a alcohol.
Le doy una cachetada, por todo; por tratarme de esta manera y además, por atreverse a acercarse a mí, estando tremendamente borracho. Abre los ojos como platos, tal y como si se despertara de un trance y su boca se abre ligeramente para expresar su perplejidad. Siento que los ojos comienzan a picarme pero no, no pienso permitirme ni una lágrima esta vez. Aprovecho el momento para frotarme los ojos rápidamente, mientras el otro trata de reaccionar.
- ¿Que fue eso?-pregunta, parpadeando frenéticamente. Realmente luce decepcionado por mi acción, pero tampoco es que haya tenido otra opción dado que, a): Esta borracho y b): Es un idiota.
-Se llama cachetada -me deslizo hacia el costado para tomar distancia, pues hasta el momento permanecí atrapada contra la pared. Abro un grifo y me echo una abundante cantidad de agua helada sobre la cara, quizá así despierte de esta pesadilla. Quizá todo esto no es más que un sueño y en cualquier momento despertaré y será para asistir a mi primer día en la escuela Sparks.
Pero no, cuando me seco la cara con papel y abro los ojos, me encuentro en el mismo desagradable baño, escuchando la respiración de Harry Styles a mis espaldas.
- ¿Y a qué viene esa "cachetada"?-lo observo a través del gran espejo que ocupa casi toda la pared; él también se dirige hacia mí por el espejo, parado a solo unos centímetros por detrás de mí. Sus ojos transmiten cierto enojo, aunque siguen algo desorbitados por el efecto del alcohol.
-A que eres un idiota y-me vuelvo hacia el- que no quieres contarme nada acerca de ti.
Los labios de Harry se abren para ofrecerme una respuesta, pero justo en ese momento, la puerta del baño se abre y una chica aparece. Lleva un vestido color pino y una larga cabellera rubia; apenas se percata de la presencia de un hombre en los sanitarios de chicas, abre los ojos como platos.
-Yo...lo siento, creí que era el baño de mujeres. Aunque, no podría saberlo porque, tu eres una chica y...él es un chico y...Esta bien, los dejo con su enrollo ¡No es que sepa que se trata de un enrollo! pero...si está bien, me voy-la rubia se da la vuelta, ruborizada por su balbuceo y se va. Harry y yo intercambiamos miradas y él se encoje de hombros.
-Está bien, hagamos de cuenta que eso no acaba de ocurrir-digo, entre un suspiro-. Ahora me gustaría seguir con nuestra conversación.
Harry tira de su largo cabello rizado y comienza a caminar en círculos, meditabundo. Noto el tambaleo en sus piernas en cada paso que da y debo admitir que mientras más se mueve, mas olor a alcohol me llega a la nariz. Recién ahora, -mientras lo escudriño con la mirada- noto lo bien que se viste; las delgadas piernas marcadas por un jean negro, la camisa ceñida con tres botones desabrochados justo por debajo de las clavículas, la chaqueta veraniega( de seguro está muriendo de frío) y esas botas que tanto usa y tanto odio, de color beige y diseñadas con gamuza. Si, si no fuera por las botas podrían enamorarme de su estilo.