Capitulo #42

101K 6.3K 535
                                    

-Calmate -Louis me dice, sin despegar la vista del camino. Soy conciente de que durante todo el trayecto hasta el instituto no hice mas que morderme las uñas y observar con ansias cada cartel verde, donde aparecen los kilometros restantes para llegar al aeropuerto de la ciudad, el aeropuerto que se encuentra a solo tres kilometros de Sparks.
Mis pies no paran de moverse cuando se que solo faltan seis kilometros para estacionar, ingresar al gimnasio y descubrir que es lo que sucede con Harry. Lo peor que podría pasar es que este drogado y la llamada anterior haya sido solo un producto de su alterada cabeza quemada por la cocaína. ¿lo mejor que podria pasar? No lo se, pues ultimamente, nunca se sabe cual es el mejor aspecto dentro de las situaciones en mi vida.
La imagen de los labios de Louis pegados a los mios esta presente en mi cabeza y, vaya que lo esta. Tambien se que esa imagen debe rondar por su cabeza, basándome en su ensimismada mirada en estos momentos; sus brazos están rígidos sobre el volante y su cabeza fija al frente. Todo en sus posiciones me recuerda a un robot, sincronizado y carente de sentimientos.
El estaciona el auto a solo unos metros de la puerta, cosa que agradezco. Mis manos están tan inquietas que desabrocharme el cinturón de seguridad resulta una accion torpe y desesperada, que solo me lleva a parecer una loca por Harry. Por fin me deshago de estas apretadas cintas que hasta el momento me quitaban la respiracion, pero la mano de Louis
me toma por la muñeca antes de que pueda hacer otro movimiento.
-Lo siento-las palabras salen de repente, pero se perfectamente a lo que se refiere. Sus ojos están clavados en el volante, pero me gustaría que pudiera observarme fijo a los ojos, ¿porque todos los hombres corren la mirada?
-Se que lo sientes-coincido. Una bocanada de aire que ni siquiera sabia que retenia escapa por mis labios. Su mano se afloja y cuando observo mi muñeca, veo la humedad generada por la transpiración que emana su piel-. Y quiero que lo olvides como yo lo haré.
-Fue un tonto impulso, nada mas que eso-coloca su dedo pulgar e indice sobre las sienes y masajear lentamente-. Lo siento.
-Louis, deja de disculparte, para mi esta bien-me encuentro buscandolo con la mirada. Somos amigos y no quiero que algo como esto, (que suele cambiarlo todo) arruine nuestra amistad.
-No lo esta para mi, porque justamente iba para tu casa a contarte...a contarte que estoy saliendo con alguien.
-Ah-el pulso se incrementa dentro de mi pecho y una agria sensación de enojo me llena, ¿me beso cuando planeaba contarme sobre su nueva novia? ¿Porque haría eso?- ¿Porque no me lo contaste?
-No lo se-sus manos escondiendo su cara de una expresión posiblemente vergonzosa-. Supongo que estábamos pasando un momento tan bueno que me deje llevar por el instinto.
-Bueno...-la verdad es que no se me ocurren muchas cosas para decirle, por lo que al final repito:- tu solo olvida lo que paso hoy, como yo lo hice.
Asiente.
-Lo haré.
el silencio permanece entre nosotros durante unos segundos, hasta que me giro hacia la puerta y salgo del coche.
-Sky-llama desde su asiento. Me inclino a una posicion que me permita escucharlo-. Bajaré si no regresas en quince minutos, ¿te parece?
-Vale-sonrio y esta vez cierro la puerta.
No tengo la necesidad de alguien que cuide mis espaldas cuando el único propósito de la visita es encontrarme con Harry, pues este podría de alguna forma ablandarse e invitarme una cerveza luego del conflicto, pero negarle a Louis eso seria como enfriar nuestra amistad luego del beso y lo único que quiero es que siga siendo mi amigo.
Tengo que circular por tres distintas entradas posibles al instituto hasta probar con la entrada de conserjes, guardas y limpiadores; definitivamente, la correcta. Jamas habia pasado por esta zona del instituto y, en efecto, cuando me encuentro con puertas medio despintadas y un suelo mas deteriorado que el que suelo ver a diario, no puedo evitar sentirme nerviosa. Un mosquerio da vueltas en redondo por el aire, provocando un molesto zumbido que me llega a los oídos. El guarda que suelo ver en el campo de futbol por la mañana me detiene el paso apenas levanta la vista de un periódico arrugado.
-Hey, no puedes pasar niña-debe de rondar por los veinticinco y el rubio cabello grasiento sugiere que este es solo un trabajo por su propia subsistencia-. El instituto abre de lunes a viernes.
-Pero... creía que habia alguien mas-digo, pensando en Harry; el claramente especifico que podría encontrarlo en el instituto.
-Solo personal autorizado-un chicle se infla en su boca y explota segundos después sobre esos carnosos labios rosados- y no creo que tu entres en esa categoría.
-Pero...-
-Ni lo pienses.
Bufo, rodeando los ojos y finalmente me rindo; no tiene caso resistirse cuando no quedan mas opciones. Ya afuera, pienso en otras formas para ingresar al condenado instituto, pero parece que mi cabeza comienza a quemar cuando me doy cuenta que no las hay. Harry debe de ser un visitante autorizado por el mero hecho de formar parte del club de boxeo pero yo, -que con suerte asisto a las clases diariamente- no tengo una excusa razonable para que me dejen pasar. Camino hacia el coche de Louis, observando a cada paso que doy com su cabeza reposa sobre el asiento de cuero.
-No tiene caso-me quejo, cuando estoy lo suficientemente cerca del automóvil como para que el note que mi presencia y se vuelva hacia mi extrañado-. El estupido guardia no deja que pase.
-Mike... ese si que es un imbécil-comenta, con sarna. Por lo visto, no soy la única victima del jodido guardia del instituto. Me apoyo sobre una puerta trasera, obteniendo una vista frontal del edificio, quizá asi se me ocurra algo-. Fue el que me descubrió cuando hice algunas bobaliconerias en mis primeros años de secundaria. Recuerdo que...-
Podría escuchar todas las anécdotas que Louis tiene para contarme, pero en este momento, -en el que localizo una escalera trampa justo por detrás de los tarros de basura- no puedo concentrarme en el. La angosta trampilla alcanza una altura de treinta metros hasta el techo del instituto, lo mas probable es que allí encuentre alguna entrada hacia el interior.
-Louis -le interrumpo, justo cuando llega a una 'parte interesantisima '.de su relato -, creo que se como entrar.
-¿Como?
-Voy a subir por esa trampilla hasta el techo y necesito que me cuides las espaldas.
-¿Estas loca? O...Si, definitivamente estas loca-comienza a negar repetidamente con la cabeza, pero mi mirada sobre el es tan persistente que es cuestión de minutos que suspire y agregue:- Bien, pero si llegas a caer de la escalera no pienso ser quien dé las palabras en tu funeral.
-Como quieras-observo al cielo por un nanosegundo en un rodeo de ojos. Guardo mi celular en un bolsillo seguro donde sepa que no caerá en las alturas y me escudriño en busca de algún otro detalle, mientras Louis sale del auto apesadumbradamente.
La grava cruje bajo nuestros zapatos cuando caminamos por el estacionamiento hasta los contenedores de basura; de alguna manera, me gusta, pues de otra forma el silencio seria enorme. Cuando llegamos, el me ayuda a correr los botes para dejar lugar a la escalera mas oxidada y estrecha que jamas vi en mi vida. Los hierros para pisar y agarrarse parecen estar desintegrandose con el tiempo, en un color anaranjado y marrón. Por unos segundos, me encuentro frente a esta, totalmente negada a trepar por eso que podria quitarme la vida.
-Ten mucho cuidado-sugiere mi amigo, a unos metros por detrás de mi. La bilis se me sube a la garganta cuando doy un paso hacia los barrotes.
Entonces subo: procuro evitar mirar hacia abajo, donde Louis grita constantemente que me agarre bien y no me distraiga. Llego al techo, observando mis manos naranjas por el contacto. Efectivamente, hay una válvula que baja hacia el interior, tal y como la que habia en la terraza que visite con Lena cuando quería charlar sobre sus sentimientos. Tambien hay una trampilla en esta, de unos cuatro metros de profundidad, nada complejo. Mientras mis piernas bajan de izquierda a derecha en los peldaños , recuerdo el momento en que mi amiga estaba conmigo y tenia que subir por una trampilla practicamente idéntica a esta.
La entrada por el techo lleva al pasillo de sala de maestros, que por obvias razones, esta vacio.
Sin embargo, me ocupo de observar a ambos lados para comprobar que soy la única persona en este sector. Nadie.
Cuando alcanzo la puerta del gimnasio, -aquella puerta de madera oscura y con la cerradura rota desde hace mes y medio-, tengo que detenerme, pues antes de que mi mano entre en contacto con la puerta, esta se ve pujada desde el otro lado y Donna sale por ella, meramente sorprendida por nuestro encuentro.
-Sky -tiene los ojos rojos y cuando sonríe, noto que es solo un acto de conveniencia -. Justo estaba ayudando a Harry con ello de la investigación, puedes seguir haciéndolo tu.
Y acto seguido, pasa por mi lado chocando nuestros hombros y se retira.
El hecho me deja confundida, pensando en todas las posibilidades de que esta chica se presente en el instituto para ayudar a Harry, ¿la habrá llamado primero a ella antes que a mi? Sin embargo, no tengo tiempo para pensar en eso, pues tengo otro asunto que atender; Harry habia especificado que era un caso urgente y que tenia que llegar cuanto antes.
Al comienzo, el gimnasio parece vacio, sin ningún boxeador golpeando la bolsa a un costado. Sin embargo, cuando me adentro entre sus antiguas paredes y escudriño cada rincón del lugar, encuentro a un hombre ruloso, tendido en un banco y con las manos cubriendo su cara.
-Harry -murmuro, mientras mis piernas avanzan hacia el inconscientemente. El leve movimiento de su cabeza me indica que se esconde de sus lagrimas-. Harry mirame.
Mis palabras no causan efecto sobre el, por lo que me veo obligada a tomarlo por el cabello para que me observe.
-Vete-las lagrimas encapotan la piel trigueña de sus mejillas. Tiene los ojos inyectados en sangre.
-No, no lo haré-replico, acercandome aun mas. Las rodillas duelen ante el contacto con el suelo rasposo, pero hago caso omiso de esto.
-Es enserio, solo quiero estar solo.
-No, solo quieres seguir tu estupido instinto de 'necesito estar solo y nadie me merece'-convengo, sin un ápice de compasión en la voz. No, no me pondré de su lado esta vez, porque estoy cansada de ser siempre le perra que le sigue a todas partes.
-No sabes lo que dices.
-¡No se lo que digo!-extiendo las manos hacia el techo-. No se lo que digo, porque tu no te aislas del mundo como si estuvieras condenado, tu no alejas a las personas porque crees que no las mereces y por sobretodas las cosas, ¡nunca te callas lo que piensas!
Su cabeza se levanta súbitamente hacia mi. Se para en seco, provocando que el asiento caiga hacia atras y se acerca hasta mi, hasta acorralarme contra una musgosa pared.
-¡Te amo, mierda!-grita, con furia, aunque sus palabras indiquen todo lo contrario. Nuestras narices casi se tocan y puedo sentir su brazo punzando sobre mis clavículas para retenerme en el lugar-¡¿Sabes lo que es amar de esta manera a una persona?! Te amo pero no puedo estar contigo. No podrías soportar las imperfecciones de mi vida ni los altibajos de mi autoestima, no podrias ni siquiera caminar a mi lado con sus miradas furtivas que te vuelven loco, ¡no podrás sobrevivir un día en mi infierno! ¿Y sabes que es lo peor? Que quiero arrastrarte conmigo porque soy lo suficientemente egoista para quererte solo para mi. ¿Crees que no te quiero? Pues, ¡piensa de nuevo!
Su confesión me dejo literalmente con la boca abierta.
Levanto mi brazo libre y una cachetada aterriza sobre mejilla. Después, lo tomo con las manos para que me mire a los ojos y lo beso.
-Yo tambien te amo, Harry -susurro, cuando nos separamos. Lo que estoy por decir duele mas que cualquier otra cosa-. Pero estoy cansada de esto.
Aprovecho la oportunidad en la que me suelta para escurrirme hacia un costado.
Y me voy caminando, ignorando la expresión de perplejidad que cruza por su cara al comprender que todo acaba de terminar y, por mas importante, ignorando lo que mi corazon quiere.
Pero estoy cansada...muy cansada.
-------------------------------------------------------
Bien, solo quería decirles que el capitulo esta sin editar, puesto que mi computadora no anda y por lo tanto, no tengo word. Asi que les voy a rogar que sean comprensivas con los errores ortográficos. Mañana mismo estará corregido.
En fin, saben que siempre voy a estar agradecida con ustedes por todo lo que me dan en esta novela y ¡que sepan que son muy importantes para mi aunque no las conozca nombre por nombre!
Pregunta: ¿Porque creen que Skylar tomo esta decisión, cuando mantenía tantas esperanzas con Harry? ¿Están de acuerdo con su decisión? e.e, soy tan mala.

Saluditos,
Maggie.

KeeperDonde viven las historias. Descúbrelo ahora