No me sorprende reconocer que ya estamos en la mitad de la semana, pues se estuvieron celebrando los cincuenta años del nacimiento del instituto Sparks, por lo que prácticamente hicimos nada más que comer y jugar Monopolio en cada clase.
El lunes a las ocho en punto, me encargue de contar a Lena y Zeeke-con gran lujo de detalles- acerca de todas mis aventuras del fin de semana; desde el despertar en la casa de Harry hasta la cartita de mierda enviada por Penny -anécdota que conté con los puños apretados-. Obtuve muecas de asombro a cada momento, pero sobre todo al contar sobre la visita inesperada de Malboro a mi casa y mis impulsivas acciones que le dejaron la vena de la frente hinchada y un par de pantalones blancos manchados con jugo. Lena, por su parte, se limitó a contar que paso el domingo con 'un par de chicos buena onda que luego les presentaré'. Zeeke aún estaba atontado por mi curioso discurso cuando le pregunté y solo unas horas después contesto en medio de una conversación sobre donuts: 'Ah, yo fui al cine con Peter Green y compartimos el tarro de palomitas', a lo que yo sonreí enérgicamente y Lena puso los ojos en blanco, claramente disgustada.
En todos esos días, me sentí como una puta espía; observando a cada rato a mis alrededores, en clase, en gimnasia y hasta a la salida del baño.
-Y cuando criticabas a las putas... -. Me reclamaba mi conciencia a cada momento, sobre todo cuando un halo de decepción me llenaba al no encontrarlo por ninguna parte.
-Pero si lo estás buscando para recuperar tu teléfono-. Me gritaba otra parte de mí, intentando convencerme de que no estaba loca. Y no lo estaba. Realmente quería a ese teléfono y en efecto quería verlo a él por el simple hecho de que podría recuperarlo por mí. Solo y nada más que por ello.
¿Estas segura?Hoy parece ser otro día sin obligaciones. Lena está desaparecida y yo estoy extrañamente sentada junto a Joshua Smith y el resto del grupo de Zeeke. Me cuenta sobre su reciente entrevista con el supervisor de los Rangers de Seattle y la gran posibilidad de que juegue allí en un futuro después del instituto.
Me muestro lo más distante posible con Louis Tomlinson; estoy segura de que si me plantaría a hablar con él, volveríamos a la misma rueda sobre mi criminal hermano y, en estos momentos es el tema que menos quiero abordar.
Joshua me hace una pequeña actuación sobre el momento en que rebeló a sus padres sobre su homosexualidad, haciendo muecas exageradas cuando se refiere a su padre y profiriendo grititos de mujer cuando entra en el papel de su madre.
No para de hablar. Comienza a dolerme la cabeza y decido, en medio de su relato sobre el día en que supo que era gay, que es hora de despejarme un poco.
-Lo siento, Josh. Creo que saldré afuera a tomar aire-mi expresión de ruego de disculpas-. Puedes seguir contándome mañana, si quieres.
-Ah, está bien-responde. Noto en su cara, un atisbo de desilusión. Sé que usualmente no habla con nadie más que su acortado grupo de amigos y la idea de entablar conversación con alguien más le agrada-. Nos vemos, Sky.
Le hago un gesto con la cabeza y salgo casi a carrera al campus del instituto.
Me acomodo sobre el césped sintético, en una ubicación que me permite observar tranquilamente la práctica de las animadoras.
Una loca imagen de mí con esos trajes ajustados y minúsculos ronda por mi cabeza.
Me pregunto cuántos abdominales hacen para poder lucir esos trajecitos.La idea desaparece tan rápido como alguien se sienta a mi lado. No hace falta girarme para identificarlo, pues ya puedo sentir la colonia Tommy Hilfiger introducirse por mi nariz.
Una necesidad de echarme a correr se apodera de mí.
-Hola-dice Louis esbozando una cálida sonrisa.
Le correspondo con otra sonrisa, solo por educación.
-Hola-respondo y vuelvo la vista hacia el entrenamiento de porristas.
Mi estómago se retuerce en un nudo, por enésima vez en las últimas dos semanas.
-Quise acercarme a hablar contigo hace un rato, pero parecías bastante ocupada con Joshua-él solo sigue mirándome, con los ojos celestes sobre los míos y una sonrisa dirigida solo para mí. Siento que debo observarlo también, pero la idea me incomoda bastante-. En fin, solo quería hablar contigo.
Hay un momento de pleno silencio y quiero aprovecharlo para intentar una de esas volteretas de porristas, solo porque sé que así me rompería la columna y tendría que largarme de allí.
-Louis, antes de que vayas a decir nada...-digo y por fin lo miro a los ojos. Luce interesado y confundido a la vez-. Voy a pedirte que no digas una sola palabra sobre lo de la otra noche.
Sus cejas se hunden y aprietan en un fruncir.
-¿Qué cosa?-inquiere confundido.
Mierda, ¿Porque esto es tan difícil?
-Sobre Dean Jones, Louis. Sé que te dije que no lo conocía, pero prefiero que sepas que es mi hermano.
Su cara esconde sorpresa, pero sé que intenta disimular toda expresión exagerada para que yo no me sienta mal.
Pasados unos minutos, su mirada se suaviza como si al fin hubiera digerido mis palabras y hasta esboza una media sonrisa muy agradable.
-Tranquila-dice con voz compasiva-. No hace falta que pidas más. No hablaré con nadie de ello.
Extiende su mano hacia mí y la reposa sobre mi muslo izquierdo, creando una sensación de paz.
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Solo quiero disculparme por no actualizar tan seguido y no poder responder a todos sus comentarios! Son demasiadas ultimamente (:
Gracias por los 45k!
Respondan en un comentario: ¿Que piensan del personaje de Louis?
Saluditos,
Maggie.
