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Lo agarro instintivamente por la muñeca para que no pueda seguir avanzando.

- ¿Que estás haciendo?-le pregunto, con el ceño fruncido.

Una pícara sonrisa se despliega por su magullado rostro, producto de la pelea de esta noche.

-Ingresando a tu casa.

- ¿Y quién te dio el permiso?-me cruzo de brazos. Siento como en mi interior nace un hilo de nervios que me pone las manos sudorosas y el corazón a mil pulsaciones por minuto.

Él simula meditarlo por unos segundos, pero en realidad solo está tratando de ponerme molesta. Lo conozco de más.

-Yo-se encoje de hombros y aprovecha mi momento de debilidad para soltarse de mi agarre.

Quiero cerrar la puerta de una vez, puesto que sé que es improbable que haya alguna manera de sacarlo de aquí, pero al mismo tiempo sé que si la cierro, la única y escasa luz que nos otorgaba control desaparecerá y nos dejará con la oscuridad de la noche. Una oscuridad que, estando Harry a solo unos pocos centímetros de mí, me aterra.

Finalmente cierro la puerta (es eso, o que algún delincuente desvalije mi casa) y utilizo la luz de la pantalla del celular para iluminar el camino hasta la cocina. Harry me sigue por detrás.

-Es una linda casa-comenta, en mi opinión, irónicamente.

- ¿Tienes visión nocturna o algo así? Lo único que apenas se puede ver es el piso de madera que voy iluminando a medida que caminamos.

Tarda unos segundos en contestar a eso.

-Entonces, es un lindo piso-suelta una risita por lo bajo y yo niego con la cabeza, conteniendo una sonrisa con todas mis fuerzas-. ¿Dónde está tu enamorado? pensé que no podían despegarse el uno del otro.

-Esta...trabajando-suspiro. Harry no para de hacer preguntas incomodas.

Al atravesar el umbral que da a la cocina, le advierto que tenga cuidado al caminar, puesto que el suelo está repleto de las velas y mecheros que se me acaban de caer. De nuevo, culpa de él. Utilizo mi móvil para iluminar la zona que no debemos pisar y, ambos la rodeamos, para que luego Harry comience a ayudarme a ponerlas de nuevo en la caja.

- ¿Trabajando con nudistas?

-No eres gracioso-le dedico mi mejor mirada severa, aunque el comentario no me haya afectado tanto. Lo más improbable del mundo para mi es que Louis este engañándome, pues cuando se dice la frase 'en las relaciones siempre habrá uno de los dos que querrá más al otro' se refieren a Louis como este, como si mi amor por el fuera inferior al que él siente por mí-. Al menos él no se dedica a golpear gente todo el tiempo.

Pone la última vela en la caja y me pongo de pie. Me recuerdo limpiar el piso de la cocina luego al pasar las manos por la tela del jean por sobre mis rodillas y descubrir una cantidad significativa de tierra.

- ¿Qué tiene de malo? ¡Es divertido! sobre todo cuando ponen aquella cara.

- ¿Aquella cara?-él también se pone de pie. Sin embargo, ni se preocupa por las rodilleras de su pantalón.

-La cara que ponen el momento antes de caer: parece que acaban de anunciarles que su mejor amigo estuvo con su hermana.

No puedo evitar soltar una risita. Él parece notarlo y señala mis labios con el dedo índice, listo para poner en evidencia el momento. Me muerdo los labios para evitar reír aún más y bajo la mirada hacia la caja para buscar la vela que me pidió. No puedo convertir este momento en algo más duradero; lo mejor es cortar el rollo y que Harry se vaya a casa de una vez.

KeeperDonde viven las historias. Descúbrelo ahora