Capitulo #33

145K 6.9K 2.4K
                                    

Estoy entre el vestido azul con volados o el verde de tirantes, ambos son tan hermosos que no puedo decidirme. Me pruebo el primero por cuarta vez, pero cambiando los tacones por unos más bajos. Después me pongo el verde, sustituyendo el collar de piedras por una simple cadena. Cualquier combinación es tan correcta que no hay modo de preferir uno antes que otro. Al final, me calzo unos  jeans oscuros, mi suéter favorito con tachas en los hombros y unos zapatos negros con plataforma. Quizá sea un atuendo más adecuado para ir a una cafetería después de todo. Estoy tan nerviosa que tengo que aplicarme desodorante tres veces sobre las axilas para asegurarme de que no oleré mal durante la cita, eso sí que sería un completo desastre.

Mi celular suena sobre la cama justo cuando me planteo ir al baño. En la pantalla aparece el nombre de Lena. 
'Z me ha invitado al parque de diversiones, esta vez los 2 solos! Deséame suerte (: ‘.

Z no es más que el nombre en cubierto que comenzamos a utilizar con mi amiga para referirnos a Zeeke. Que Lena salga justo cuando yo con Harry me parece una sorprendente coincidencia y tal vez, un golpe de suerte para ambas. Podría contarle ahora mismo mediante un mensaje sobre mi cita con Harry, pero eso sería quitarle protagonismo, o al menos eso me parece a mí. En cambio, me limito a responderle con un simple 'Mucha suerte'.

Después de meditar un rato y tomarme tres vasos de agua, me siento lista para salir. Llamo a Harry para decirle que ya puede pasar a buscarme y me entretengo con la tele hasta que escucho la bocina de su coche. El sale de este justo cuando estoy cerrando la puerta con llave, llevando en una mano una rosa.

—De verdad no hacía falta—me acerco a él, para darle un tímido beso en los labios. Su saliva huele a limones y obviamente, a cigarrillo.

—De hecho, no sé si esto de la rosa está bien o no...—se sonroja. Me la entrega en la mano y es ahí cuando noto el temblor de sus dedos— He visto esto en películas, ya sabes. Y como no tengo ni idea de estas cosas...pensé que podría imitar a los actores de Hollywood.

Me rio, pero solo porque no sé qué decir; lo de la rosa me ha tomado tan por sorpresa que ya no sé qué puedo esperar de esta salida con Harry.

Durante el viaje solo intercambiamos unas cuantas palabras, pues no se él, pero yo prefiero guardarme todo lo que tengo para decir, para el momento en que estemos sentados en una mesa y no sepamos de que charlar. Harry se aclara la garganta un par de veces mientras conduce, pero al final, no dice nada. Yo me limito a hacer comentarios sobre el clima o sobre cuánto me gustan las cafeterías.

—Es que son...especiales—esboza una sonrisa burlona—, ¡No te rías! De verdad me gustan, porque puedes llevarte un libro o quizá tu notebook y pasar un buen momento tomando un café.

—Ósea que tu mejor compañía son básicamente objetos sin vida, vaya sociabilidad que vive en ti. —carcajea y yo le doy un golpe inofensivo en el hombro— Pues la próxima dejare que tu notebook te invite a Gordok.

Su sonrisa es tan linda. Son pocos los momentos en que tengo el privilegio de verla, pero vale la pena. Harry es tan penoso que le cuesta enseñar esos dientes en una sonrisa, pero cuando lo hace es realmente especial.

— ¿Qué?—pregunta minutos después, percatándose de mi contemplación a su cara. Esta frunciendo el ceño, pero con una expresión divertida.

—Nada—respondo, negando levemente con la cabeza—, es solo que me alegra conocer esta parte de ti.

— ¿Que parte? ¿En la que hago chistes muy malos durante el viaje a una cafetería?

—Además—coincido, haciendo ademán con el dedo índice de darle la razón—. Pero me refiero especialmente a la parte en que puedes reírte y pasarla bien.

KeeperDonde viven las historias. Descúbrelo ahora