Viernes 15 de noviembre
Fue una linda mañana, y Caroline y yo dimos una caminata por los matorrales. "Le deseo mucha felicidad en su matrimonio", dijo cuando paseábamos por el camino. Me gustaría que dejara el tema, pero temo que hay pocas posibilidades de que lo haga. Se ha estado burlando de mi supuesto matrimonio por días.
"Espero, no obstante, que Usted le dé a su suegra unas cuantas advertencias, cuando tan deseable evento tenga lugar, sobre las ventajas de refrenar la lengua; y si lo consigue también, evite que las hijas menores corran detrás de los oficiales". Sonreí, pero estaba contrariado. Había dado un golpe en la exacta razón por la cual no podía seguir mis sentimientos. Nunca podría tener a la señora Bennet como suegra. Sería insoportable. Y por las hermanas menores, hacerlas hermanas de Georgiana - no, no haría tal cosa.
"¿Tiene Usted algo más que proponerme para mi felicidad doméstica?" pregunté sin dejar ver mi irritación, porque sólo lo haría peor.
"Debe dejar que los retratos de sus tios Philips sean colocados en la galería de Pemberley. En cuanto al retrato de Elizabeth, no debe dejar que lo hagan, ya que ¿qué pintor podría hacer justicia a sus hermosos ojos?" dijo en tono burlón.Ignoré su burla, e imaginé un retrato de Elizabeth en Pemberley. Imaginé otro retrato cerca de éste, de Elizabeth conmigo. El pensamiento fue placentero y me hizo sonreír.
"No sería fácil, claro, captar su expresión, pero su color y forma, y sus pestañas, tan remarcablemente finas, podrían copiarse", reflexioné, Caroline no se veía contenta, y yo estaba feliz de haberla molestado. Estaba por responder, cuando nos encontramos con Louisa y la misma Elizabeth que venían por otro camino. Caroline estaba avergonzada, y bien que debería estarlo. Yo, también, estaba incómodo. No creo que Elizabeth haya escuchado a Caroline, pero si lo había hecho, no la había perturbado. Ella no se había perturbado tampoco cuando escuchó mi comentario poco caritativo en el baile.
En cuanto la vi, de repente fui consciente de que ella es una invitada en la casa. Habia estado tan ocupado pensando en ella de otra forma que había olvidado que se estaba quedando con Bingley. Senti una angustia incómoda al darme cuenta que ella no me había tratado con ningún entusiasmo ni amistad durante su estadía. Con seguridad, me ha tratado con cortesía a la cara, pero incluso la cortesía desaparecía tan pronto como se daba vuelta.
Nunca había sentido tanta falta de simpatía con Caroline... o tanta simpatia con Louisa, porque al menos se había molestado en preguntar a Elizabeth si quería dar un paseo, cosa que yo no hice. Me reproché a mí mismo por no hacerlo. No era adverso a admirar sus ojos, pero había hecho muy poco para hacer su estadía en Netherfield más confortable.
Las siguientes palabras de Louisa, sin embargo, deshicieron mi sentimiento caritativo hacia ella. Diciendo:"Ustedes se han portado terriblemente mal yéndose a pasear sin decirnos que iban a salir", tomó mi brazo libre dejando a Elizabeth sola. Estaba mortificado, e inmediatamente dije:
"El camino no es lo bastante amplio para todo el grupo. Mejor vamos por la avenida".Pero Elizabeth, quien no estaba para nada mortificada de ser tratada tan mal, sólo sonrió traviesamente y dijo que nos veíamos tan bien juntos que una cuarta persona lo arruinaría.
Entonces se despidió y echó a correr alegremente, como una niña que de repente queda libre del salón de clases.Mientras la veía correr, senti mi espíritu elevarse. Senti como si, yo también, fuera de repente libre, libre de la dignidad trabada de mi vida, y quise correr detrás de ella.
"Miss Eliza Bennet se comporta tan mal como sus hermanas menores", dijo Caroline burlonamente.
"Sin embargo, ella no se comporta tan mal como nosotros", dije, irritado. "Ella es una invitada en la casa de su hermano, y como tal merece nuestro respeto. No debería sufrir nuestra negligencia, ni sufrir nuestra crítica ni bien se da vuelta".
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El diario de Mr. Darcy
RomanceBasada en la obra maestra de Jane Austen, Orgullo y Prejuicio (Pride and Prejudice), el Diario del Sr. Darcy nos narra la historia original de Jane Austen desde el punto de vista del Sr. Darcy, presentándolo como entradas de su diario personal. Aman...